La tripulación, en perfecto estado, sólo depende del pago de un rescate

El pesquero Playa de Bakio fue abordado por piratas somalíes cuando estaba faenando a 230 millas de la costa de Somalia, una de las zonas más peligrosas del mundo. Ningún tripulante se encuentra herido a consecuencia del asalto. Tras su captura, el barco bordeó la costa somalí y, según algunas fuentes, puso rumbo al sur de Obbia, al nordeste del país. Según algunos expertos en el modo de maniobrar de estos piratas, los secuestradores irán a algún pueblo de la costa de Somalia para incorporar al barco a más asaltantes y superar en número a los 26 tripulantes del pesquero. Rosa María Álvarez, hija del patrón del Playa de Bakio , pudo hablar por teléfono con su padre, quien le informó de que los tripulantes se encontraban bien de salud y que ninguno de ellos había resultado herido en el asalto. Por ahora, los secuestradores no han concretado la cifra del rescate. Desde el primer momento, los piratas plantearon con claridad sus exigencias. «Money, money, no problem», dijeron en un rudimentario inglés. Tras su captura, el barco se adentró en aguas territoriales de Somalia, un territorio fragmentado, sumido en el caos y donde la verdadera autoridad es la que imponen los señores de la guerra. «No nos llamen que nos están controlando. Ahora no podemos hablar», dijo uno de los tripulantes ante las insistentes llamadas de los periodistas. «Estamos bien todos y, bueno, no hay problemas de momento», dijo el patrón de la embarcación a Radio Nacional de España. Los piratas justificaron su acción aduciendo que el grupo armado al que pertenecen está pasando momentos de penuria. Los secuestradores dijeron a sus rehenes que el móvil es exclusivamente económico y que el problema se resolverá en cuanto se satisfaga el pago del rescate.