Diario de León

Los restos del ex presidente recibieron sepultura en la localidad gallega de Ribadeo

El Congreso despide con honores de Estado a Leopoldo Calvo-Sotelo

Rodríguez Zapatero presidió junto a Bono y Rojo el último homenaje al ex mandatario fallecido

Publicado por
C. Calvar / A. Ojea - madrid / lugo
León

Creado:

Actualizado:

El Congreso de los Diputados despidió ayer con honores de Estado los restos mortales de Leopoldo Calvo-Sotelo, segundo presidente del Gobierno de la democracia, cuyo cadáver fue trasladado después hasta la localidad lucense de Ribadeo, donde fue enterrado. A primera hora de la mañana, José Luis Rodríguez Zapatero presidió en la cámara baja, junto a los presidentes del Congreso y el Senado, José Bono y Javier Rojo, el último homenaje al ex mandatario fallecido. La capilla ardiente de Calvo-Sotelo, instalada el domingo por la mañana en el Salón de los Pasos Perdidos de la cámara baja, cerró a las nueve de la mañana. Las principales autoridades del Estado y cientos de ciudadanos acudieron el domingo al velatorio en un goteo constante para dar el último adiós al ex presidente y transmitir sus condolencias a la familia. Minutos antes de su clausura, la viuda, Pilar Ibáñez-Martín, y los hijos de Calvo-Sotelo, que se turnaron durante toda la noche en la capilla, se acercaron al ataúd para verle por última vez y decirle adiós. Al son del himno de España La urna de color marrón, cubierta con la bandera roja y gualda, fue sacada a hombros del Congreso por la puerta de Los Leones al son del himno de España por un grupo de militares, que la depositaron sobre un armón. Ya en el exterior, las autoridades, allegados y ciudadanos guardaron un minuto de silencio y una escuadra de honores formada por militares de Tierra, Mar y Aire, y de la Guardia Civil, desfiló ante el féretro, que fue conducido a continuación a la plaza de Neptuno, donde hubo un toque de oración y salvas de honor. Los restos del ex presidente fueron introducidos después en un coche fúnebre que los trasladó hasta la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde fueron embarcados en un avión del Ejército del Aire que los llevó hasta el aeropuerto de Asturias. Desde allí, un coche fúnebre se encargó de conducirlos hasta el municipio lugués de Ribadeo, al que el fallecido estaba muy vinculado y del que era alcalde honorario, para recibir sepultura. Aplausos El presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, presidió en Ribadeo la recepción del féretro, que pasadas las tres de la tarde quedó expuesto en el Salón de Plenos del ayuntamiento tras recorrer algunos de los lugares más unidos a sus memoria, como la avenida que lleva su nombre y las proximidades de su casa, cerca del puerto. Unos 300 vecinos que esperaban su llegada aplaudieron mientras el ataúd era introducido en el edificio al son del Requiem de Mozart. Pérez Touriño le describió como «un gallego de sentimiento y de vocación, que supo defender la libertad y la democracia» en momentos difíciles. La comitiva fúnebre estaba formada por familiares del fallecido, entre ellos su sobrina la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, y por autoridades como la presidenta del Parlamento gallego, Dolores Villarino; el delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras, y el alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez. La capilla ardiente en el ayuntamiento se cerró a las seis de la tarde, y el féretro fue llevado a hombros hasta la iglesia parroquial de Santa María do Campo, donde se ofició una misa funeral. Después, Calvo-Sotelo fue enterrado en el cementerio municipal, en el panteón familiar donde también descansan sus padres. El PP de Galicia ha pedido al Gobierno autonómico que otorgue al ex presidente la Medalla de Galicia, porque «se merece el más alto reconocimiento del gobierno gallego».

tracking