Diario de León

| Entrevista | José Varela |

«Sólo somos auxiliares para lo que no hacen las administraciones»

«Detectamos necesitades, hacemos un programa, actuamos y, cuando no nos necesitan porque ya está el Estado o quien sea, simplemente pasamos a otra cosa»

Publicado por
A. Núñez - león
León

Creado:

Actualizado:

Empezó en Cruz Roja allá por 1976 como jefe de la unidad militar y tropas de socorro, a las que se unieron luego los objetores de conciencia, en total unos cuatrocientos soldados con o sin uniforme. «Era la número 26», donde se inició como inspector, pasó luego a gerente de servicios, más tarde al desaparecido hospital «con media jornada teórica de dedicación y un auxiliar administrativo por toda ayuda» y luego dieciocho años seguidos de secretario provincial de Cruz Roja, hasta el 2006, en que fue nombrado presidente provincial. -¿Casi diez mil leoneses que precisan ayuda de la Cruz Roja son muchos o pocos para una provincia que se supone desarrollada y del primer mundo? -Es la atención cotidiana. Aparte de contar con una población muy envejecida tenemos el problema de las drogodependencias o de la inmigración, que están repuntando las dos. Luego está la violencia de género, que lleva su propio sistema de emergencias y que procuramos controlar con llamadas instantáneas a partir de aparatos que la policía da a las personas de riesgo. Es un trabajo muy extenso y complejo. -¿Por qué se encarga de él la Cruz Roja y no las administraciones públicas? -Supongo que porque confían en nosotros, les sale más barato y, además, lo hacemos con mucho cariño. Tenemos 2.199 voluntarios y 11.951 socios en toda la provincia con un presupuesto anual de apenas tres millones de euros, del que una tercera parte viene altruistamente de los socios, otro tercio de subvenciones y lo demás de facturaciones que pasamos a precios simbólicos, y no siempre. ¿La Fiesta de la Banderita? Es algo tradicional que nos da apoyo social en la calle, pero que económicamente aporta muy poco: unos 7.000 euros al año y otros 40.000 el sorteo del oro. Ambas cosas son muy de agradecer, pero nada más. Este sorteo será la 29 edición. Pero, aparte de atender a la gente, tenemos que pagar la nómina de casi setenta trabajadores, voluntariado aparte, incluidos técnicos y médicos. En cierto modo somos una empresa como otra cualquiera a la hora de echar cuentas. -¿Por qué se abandonó el reparto de comida a las familias necesitadas? ¿Quién lo hace ahora? -Fue hace años y ahora lo hacen otras instituciones. Nosotros somos generalistas y trabajamos con todos y en todo tipo de áreas donde no lo hagan los demás para que nadie quede desatendido. Cuando detectamos una necesidad creamos un programa, da igual del tipo que sea, como los actuales de familias de acogida, transporte para dependientes, formación laboral, etcétera. Hay de todo. Para el Plan 2007-11 seguiremos actualdo con los mismos criterios, es decir actuando como auxiliares de las administraciones públicas. Antaño, por ejemplo, teníamos un hospital para enfermos de la tercera edad, pero cuando la Junta se hizo cargo de él nos dedicamos a otras cosas. -Todo el mundo asocia Cruz Roja a auxilio en catástrofes naturales o accidentes de tráfico. ¿Eso es ya lo de menos? -Se ha reducido al mínimo, porque de todas estas cosas se ha hecho cargo el Insalud, así que nosotros acudimos cuando se nos llama. Salvo municipios rurales, todos tienen un servicio de alarmas o llaman a Protección Civil. Ahí pintamos poco. -¿La Ley de Dependencia, cuando haya fondos, va a multiplicar su trabajo? -Nuestra filosofía social está clara y vuelvo a decir que somos generalistas. El cómo y cuando actuamos lo sabemos casi a salto de mata, dependiendo de las necesidades que no cubran otros, pero siempre adaptándonos a nuestro entorno. En León, por ejemplo, hay una población muy envejecida y muc ha gente mayor que requiere cuidados. ¿La nueva Ley de Dependencia? Estamos preparados tanto para formar a gente en auxiliares de geriatría como para colaborar directamente en cuidados especiales. Lo que pueda ser el futuro es una incógnita, pero aquí hay mucha gente mayor. -¿El mejor y el peor servicio que recuerde en estos treinta y tantos años? -Ha habido de todo. Desde salvar a gente con la brigada de tropas en un accidente de tráfico hasta recoger a una señora maltratada por su marido, con cuatro niños pegados a la falda. De los peores recuerdo un caso de cuatro muertos en Monte Arenas, cerca de Ponferrada, y no pude hacer nada. De noche me despertaba y encendía las luces, porque se me ponían los pelos de punta.

tracking