La Junta se marca el reto para el 2020 de que el 38% de la energía sea de biomasa

A «dos años» vista de la «segunda revolución agraria», como la definió el alcalde de Santa María del Páramo, Miguel Ángel del Egido, la primera de las dos jornadas, organizadas por el Diario de León y Poeda, para evaluar la alternativa de los cultivos bioenergéticos en el sur de la provincia dejó claro que la apuesta se asentará «si y sólo si está ligada al cooperativismo» u otras figuras «asociativas» y cuenta con el respaldo de los agricultores, como subrayó el jefe del departamento de energías renovables del Ente Regional de la Energía (Eren), Rafael Ayuste, quien abundó en que «la gente manda y hay que ofrecer productos competitivos que el mercado demande». Una sentencia básica del funcionamiento mercantilista, pero que se apoya en la inversión de 4 millones de euros que hará la Junta en un plan de estudio para definir «cómo funcionan los cultivos bioenergéticos aquí», la salida que tendrían y su repercusión en el empeño de mantener población rural, justo en un momento en el que la PAC y la OCM son siglas que dan más incertidumbre que seguridad. Ayuso avisó de que la implanta ción de estos cultivos necesita de un esfuerzo de los agricultores, que «piensan a un año de plazo», mientras que las empresas requieren compromisos de «15 ó 20 años» para no verse desabastecidas y malograda su cuantiosa inversión, e incidió en que se debe «mirar un poco más allá y pasar del elemento coyuntural», como puede ser la subida de precio de un determinado cultivo un año que arrastre a los productores y luego no les permita volver al sistema bioenergético en las mismas condiciones. Queda un «largo camino», aunque con «más tierra de la cuenta», como emplazó el responsable del Eren, para entrar en este esquema productivo, ya que en estos momentos «sólo se aprovecha el 25% de los ambientalmente sostenible», lejos del «65% de Europa». Puestos en porcentajes, Ayuso dejó un reto: «Ahora, sólo el 5% de la energía primaria de Castilla y León sale de la biomasa. En el 2020, el objetivo es llegar al 38%».