Diario de León

| Análisis | Una crisis en «crisis» |

El cambio se fraguó en 20 días

Zapatero se fue de gira internacional con los nombramientos cerrados de Chaves, Salgado y Blanco, y el resto los arregló a través del móvil

Publicado por
R. Gorriarán
León

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madrid

Aunque Zapatero agarró un enfado bíblico al enterarse en Estambul este domingo de que buena parte de su crisis de gobierno era un secreto a voces en España, ayer restó importancia a que sus secretos fueron aireados y los atribuyó al «buen trabajo periodístico». La secuencia prevista era la siguiente: acudir al G-20 en Londres, a los actos del 60 aniversario de la Otan en Alemania y Francia, cumbre UE-EE.UU. en Praga y reunión con Obama, y foro de la Alianza de las Civilizaciones en Estambul. Regreso a España el lunes o a primera hora del martes, que se descartó, y despacho con el Rey para informar de los cambios y comparecencia pública.

Lo siguiente era celebrar un Consejo de Ministros el miércoles con los nuevos ya en la mesa, y el bucle se cerraba con la reunión del próximo martes con los parlamentarios socialistas para galvanizar los ánimos ante las europeas de junio.

Zapatero empezó a madurar la crisis hace tres semanas y ya llevaba buena parte de los deberes hechos cuando viajó a Londres el viernes. Para ese día ya había cerrado la entrada en el Gobierno de Manuel Chaves, José Blanco y el ascenso a vicepresidenta de Elena Salgado. Los afectados los sabían y el origen de las filtraciones hay que buscarlo en Sevilla.

Una vez en la cumbre del G-20, el presidente, inveterado aficionado al teléfono móvil, prosiguió sus contactos con Ángel Gabilondo, el que más se resistió, con Ángeles González-Sinde y con Trinidad Jiménez, con la que habló en último lugar ya que Zapatero no tenía dudas de su «sí» rápido.

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