Cambios en las altas esferas

Últimamente ha habido dos cambios muy significativos detrás de la pantalla. El primero es la salida de Antena 3 de Ernesto Sáenz de Buruaga; el segundo es el traslado de Pilar Tabares, que deja de ser responsable de los programas musicales de TVE y pasa a ocuparse de los infantiles en la cadena pública. Buruaga, como usted recordará, pasó hace algunos años de dirigir los informativos de TVE a hacer lo propio en los de Antena 3; después ascendió hasta ocupar el puesto determinante de esta cadena y ha estado en el centro de todo cuanto ha ocurrido en Antena 3 en el periodo más reciente. En esa trayectoria no todo ha sido dorado: su llegada a los informativos de Antena 3 hizo que éstos experimentaran su primer gran impulso, pero después, cuando su responsabilidad se amplió a otras áreas, el balance ha sido bastante menos satisfactorio. La crónica de Antena 3 en los últimos veinte meses es el retrato de un permanente tropiezo: cada nueva iniciativa se saldaba con una renovada frustración. No sé hasta qué punto puede decirse que eso sea responsabilidad de Buruaga, porque Antena 3 venía arrastrando insuficiencias palmarias desde mucho antes, pero es obvio que Buruaga ha sido el último responsable de que la cadena no haya podido remontar el vuelo. El nuevo equipo ha prescindido de él; sin embargo, lo que sabemos de los actuales planes de Antena 3 no da grandes razones para la esperanza. Y a Buruaga sólo cabe desearle suerte. El caso de Pilar Tabares es distinto: sobre el papel, la Tabares es una de las triunfadoras del año pasado, porque ha desempeñado un papel protagonista en el éxito de Operación triunfo . Lo que ocurre es que ese papel no ha estado nunca exento de polémica. Ahora se traslada a la programación infantil. Ella dice que la programación infantil siempre le ha hecho mucha ilusión. Eso le honra.