Una reinterpretación del mencía

Vicente García López avaló con su capital aquella idea, que se fraguó en 1999 y tomó cuerpo en el 2001 con la construcción de una modélica bodega en Pieros, paso obligado del Camino de Santiago, y lógicamente está detrás de esta reorientación de esa misma inquietud, que no sólo dulcifi ca la razón social, sino también corrige el argumentario, recompone el equipo humano y redefi ne los objetivos sobre la solidez de la base de un buen viñedo y desde la disposición de los mejores medios técnicos. Tiene esta idea buena pinta. Y muy buena puesta en escena. Actor principal, al margen del mencionado García Vázquez, es un enólogo catalán con veinte años de actividad en el sector, contrastada experiencia y un evidente protagonismo en el desarrollo de la enología en el Priorato. Josep Serra Guillén no sólo posee una sólida formación y mucha sabiduría acumulada, sino también una casi desmedida curiosidad por la mencía y la inevitable pasión por el Bierzo que cautiva a quien llega.

Atraído por el viñedo, Serra llegó, observó y estudió, sin duda corroído por la curiosidad, por la inquietud, por la necesidad de ampliar los horizontes de su conocimiento… Y al final, hilvanado por unos u otros contactos, acabó asumiendo el compromiso de ponerse al frente de la dirección técnica de Godelia. De entrada impuso criterio y nuevos procesos en la viticultura en el tramo final del desarrollo de la campaña y en la vendimia. Y un nuevo catálogo de elaboraciones a partir del rendimiento de Legúas, un viñedo de treinta hectáreas de cepas de mencía y godello conducidas en espaldera, y El Castro, frente a la bodega, cinco hectáreas de los dos varietales con formación tradicional y moderna. De ahí surgen Viernes, un tinto joven sin complejos, fresco, afrutado, suave e innovador, y una segunda línea que bajo la referencia general de Godelia ampara dos niveles de calidad para dos blancos y dos tintos de muy diferente carácter, pero bajo una identidad común. El blanco básico es un bivarietal (80% de godello y 20% de doña blanca) sobre lías, mientras que el Selección es un godello con ocho meses en barrica de roble. Llevado el paralelismo a los tintos, monovarietales mencía ambos, guarda tiempos de crianza el primero, sobre roble francés y en barricas de 300 y 400 litros el primero y se alarga hasta los dieciséis el segundo. La próxima aparición de los dos Selección acompañará el nacimiento de una delicadeza, Libamus, dulce natural de mencía de vendimia tardía con corte de fermentación y muy goloso. En la línea de la nueva idea de la bodega.