Cocina en la terraza

e entre los múltiples restaurantes del Barrio Húmedo, hay algunos que tienen un «ángel» especial. Más allá de su carta, de sus instalaciones, de los profesionales que los regentan, hay restaurantes que figuran dentro de los que podríamos definir como «marca de León». Uno de ellos es el Nuevo racimo de Oro, ubicado sobre la más clásica de las cuevas de la Plaza de San Martín. Entrañable, sugerente y representante de la buena cocina leonesa desde hace muchos años, sus actuales propietarios han sabido renovarle justo lo necesario para mejorar sus comodidades y siempre sin destrozar ninguna de las bellezas centenarias que cobijan sus muros.

Hablamos con Oscar, uno de sus propietarios. «En este negocio -asegura- hay que estar siempre en continuo movimiento. Hay que renovar la oferta por dentro y por fuera, no basta con hacer maravillas en la cocina, también hay que poner al día las instalaciones o ampliarlas, como hemos hecho nosotros instalando una nueva terraza en la que ofrecemos un interesante picoteo».

En el Nuevo Racimo de Oro han preparado una carta especial para la terraza, que consta, entre otras cosas, de raciones tan atractivas como estas: Timbal pimientos del Bierzo con anchoas y ajoblanco, Carpaccio de canguro con micuit y alcachofas de Tudela confitadas, Mollejas de ternera guisadas con rabo de toro, Hojaldre de puerros de Sahagún y langostinos con salsa americana, Carrillera de ternera estofada con parmentière de cecina… y así hasta una veintena de platos llenos de imaginación. Tampoco pueden faltar en esta nueva terraza los tradicionales embutidos y una serie importante de veraniegas ensaladas.

Y en los postres hay delicias como la Cuajada de coco y cadamomo con peras al vino tinto, la Tarta de queso al horno con natillas de membrillo o el Carpaccio de piña con almíbar de azafrán y helado de vainilla.

Como pueden ver una terraza con cocina de altos vuelos en la que el cocinero, Sergio Gil, ha puesto toda su sabiduría, que es mucha.

Pero, naturalmente, también sigue funcionando su comedor interior, como estupenda refrigeración, y allí se ofrecen algunos platos ya tradicionales en su carta y de clara raigambre leonesa. Por ejemplo, la Sopa de ajo a la leonesa, con su huevo y sus taquitos de jamón, la Sopa de trucha, con la presencia de la reina de nuestros ríos, el Rollito crujiente de oreja guisada, del que les ofrecemos la receta, el Bacalao confitado con rabo de toro a la leonesa y salsa de oricios, la Trucha Racimo con escabeche templado, o el Secreto de ibérico con reineta del Bierzo agridulce y chutney de frambuesas. Una gran cocina para un gran escenario gastronómico.

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Cocina Muy bien

Servicio Muy bien

Decoración Muy bien

Bodega Bien

Puntuación (de 1 a 10) 9,5