A los pies del Cristo más grande de Europa

Las piedras toberas típicas de la zona palentina en la que se encuentra enclavada dan nombre a esta casa rural, rehabilitada en la que se ha mantenido el espíritu de antaño, la arquitectura de la zona, los muros de piedra, las vigas de madera o las baldosas rojas de barro cocido. En su decoración predominan elementos de la labranza y, en conjunto, destaca por su encanto rústico. Tiene tres plantas en las que se distribuyen las estancias, el salón, los baños y la cocina. Su ubicación es perfecta para pasear, hacer senderismo, rutas en bicicleta y para conocer más en profundidad la Ribera del Duero o el Cristo del Otero, una gran escultura de piedra, símbolo de la ciudad de Palencia.