Dulces irresistibles

Vanessa Gómez y Marta Gorrochategui decidieron un buen día dejar sus lugares de origen, León y Almería respectivamente, y trasladarse a Irlanda a estudiar inglés, a conocer otro país, otra forma de vida, y a explorar ofertas de trabajo. Allí se conocieron y allí trabajaban en restaurantes, donde se dieron cuenta que su futuro tenía que estar unido a la repostería y a hacer más felices a niños y mayores.

Fue entonces cuando se plantearon abrir una pastelería con aromas británicos y americanos. Tenían la intuición de que sería un éxito. Después de pensar mucho si quedarse en Irlanda o regresar optaron por la segunda opción y hoy tienen su propia pastelería en el número 27 de la calle Azorín. Es la historia de La Dulcería de León, un obrador inspirado en dulces ingleses en el que estas dos jóvenes emprendedoras hacen verdaderas maravillas para el gusto y para la vista.

Hace tres meses que Marta y Vanesa abrieron su pastelería, en la que se pueden encontrar todos los dulces de origen irlandés, inglés o americano: cup cakes, cookies, brownies, bizcochos de zanahoria, muffins, etc. Todo un elenco a elegir que ha sido acogido muy bien por los leoneses. «Hemos traído una moda que ha llegado aquí para quedarse», dice Vanesa, que explica que ellas mismas se sorprendieron de la acogida que tenían sus productos antes de abrir la tienda, gracias a su perfil en Facebook.

«Empezamos a ver que, además de amigos y familiares, nos llegaban pedidos de gente que no conocíamos y, entonces, empezamos a pensar que quizá la idea era buena», recuerda esta joven empresaria que siempre tuvo en su cabeza la idea de dedicarse a endulzar la vida a los demás.

Su especialidad son todo tipo de pasteles decorativos y personalizados a medida del cliente. Dulces irresistibles tan sólo con acercarse a su escaparate.

Estas pasteleras recalcan que la clave de su éxito es no sólo su originalidad sino también la elaboración artesanal y la utilización de ingredientes naturales. «Es nuestra forma de entender la pastelería», añade al tiempo que asegura que todos sus dulces son como los que hacían las abuelas.

Pasteles, tartas, galletas o cup cakes que no sólo se compran con el fin de deleitar el paladar sino que son un regalo perfecto para múltiples ocasiones.

Especiales son sus tartas o las cup cakes decoradas en las que dejan fluir la imaginación. Coronadas, por ejemplo, con un castillo medieval o con una chica sobre un monopatín; tartas con forma de tocadiscos o de granja. Son sólo algunas de las sugerencias que resultan más que atractivas para los ojos y para la boca. Dulces en los que se esmeran el tiempo que sea necesario y que están realizados para presidir la mesa de la celebración y no sólo los instantes previos a su degustación. Simplemente deliciosos.