Diario de León

BODEGA LOS PALOMARES

Es para celebrarlo

Chispeante y bonito a la vista, profundamente aromático, con dominio de frutas blancas y tropicales y fresco en la boca; de bajo contenido en alcohol y alto en azúcares. Goloso y barato. Para brindar, porque además se hace en Valdevimbre y es muy, muy de León

Publicado por
Rafael Blanco
León

Creado:

Actualizado:

Cuando en 2004 se hizo la primera elaboración en la bodega Hijos de Nicolás Rey, la que toda la vida y hoy sigue siendo Los Palomares para la gente del sector, los consumidores y el público en general, nadie, ni siquiera su mentor —el enólogo David Mateos Cabezón, padre después de muchos otros parecidos—, ni por supuesto los tres hijos de quien pon nombre a la bodega, podían imaginar qué llegaría a ocurrir con aquel vino que se hace como un blanco seco normal, aunque de muy alta calidad, pero al que se provoca un corte de fermentación para mantener los azúcares reductores y frenar el contenido alcohólico en torno a los nueve grados. Un chute de carbónico natural provoca la chispa en la copa y un sedoso cosquilleo en el paladar, lo que lo convierte especialmente agradable para consumidores que se inician en el vino procedentes de otros hábitos y sobre todo para quienes habitualmente pedían productos en la misma línea, pero de procedencia internacional y de más que dudosa calidad.

El Impresiones , en su idea original, se elabora con uva de la variedad Verdejo de los viñedos propios que la familia cuida con mimo en los parajes en los que se ubican los barcillares tradicionales de Valdevimbre, a un paso de la bodega.

Pero hay otro Impresiones que intenta abrirse camino en el mercado en el que triunfa el blanco. Es un rosado elaborado con uvas de la variedad autóctono Prieto Picudo, de bellísima apariencia y extraordinaria expresión frutal (fresa, frambuesa...), aunque de vida más corta por las extarordinarias dificultades técnicas para mantener vivo el color que lo hace tan agradable a la vista como rico en aromas frescos y goloso en la boca.

Desde que hace diez años apareció en el mercado con una producción poco menos que simbólica, el Impresiones no ha parado de crecer en volumen. Cierto que también en calidad, en presentación y en aceptación por parte del público, hasta el punto de que impresiones se pronuncia como genérico para pedir en la barra este tipo de vino que marcó el camino a seguir para las otras ocho bodegas de la zona que vinifican semidulces. Los Palomares elaboró en la última vendimia 190.000 botellas del blanco y 6.000 del rosado, que recuperó hace dos años con mucho entusiasmo pese a las dificultades para mantenerlo vivo en la botella... y en el mercado.

tracking