la casa del pintor

Casa Trallera, «casa hecha de agua verde y montaña, casa que invita a aparcar problemas, estrés y a sentir la vida; a caminar despacio». Así reciben los regentes de esta casita rural de inconmensurable encanto a quienes se atreven a descubrir sus potencialidades a través de Internet. La casa rural La Trallera rezuma sabor a pueblo, olor a tradición, gusto por lo de siempre, por lo rural, por el cariño propio de aquellas abuelas de antaño que recibían a sus nietos sonrisa en rostro y puchero en mano. Todo en ella recuerda a ese pasado hogareño, desde las paredes de piedra que sostienen robustas vigas de madera, hasta el mobiliario y los utensilios de cocina. Sin ir más lejos, los estantes de sus alacenas sostienen todavía las antiguas tazas de crema de cacao.

Con capacidad para entre dos y cuatro personas, La Trallera tiene historia. Una historia irremediablemente ligada a la figura de Pacheco, el pintor indiano que llegó a Colinas del Campo de Martín Moró Toledano en el año 1932. En su época, las gentes del pueblo daban a la casa el calificativo de «de los pajaritos», porque estaba pintada por dentro y por fuera con todo tipo de aves. Fue también lugar de retiro y descanso de pescadores y de parejas recién casadas que decidían pasar en ella su luna de miel. Eso fue antes, hoy en día está disponible para todo aquel que quiera disfrutar de una naturaleza pura y un paisaje único. Cuenta con un salón-cocina, un baño con bañera, una habitación de matrimonio con corredor y otra abuhardillada. Está dotada de calefacción eléctrica y dispone también de una chimenea de biomasa ideal para caldear el ambiente en las noches más frías del invierno sin perder el hilo bucólico de la estancia.