Diario de León

PEREGRINO ALBARÍN

Tipicidad y carácter

«El futuro del vino blanco en la Denominación de Origen Tierra de León es el albarín, pero hay que pelearlo, difundirlo y diferenciarlo». Con seis hectáreas de viñedo en óptimo nivel de producción, el blanco autóctono es sobre todo una convicción en Gordonzello, que además es proveedora de uva de esta variedad para otros elaboradores.

Publicado por
RAFAEL BLANCO
León

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Hace años ya que Gordonzello tiene asumido que «pelear con el verdejo en León es imposible». «La calidad es alta, tan buena como la de la mejor zona de producción, pero siempre tendríamos que ir a una lucha de precios de la que siempre saldríamos perdiendo. La gente relaciona verdejo con Rueda». Pero no es sólo esa razón esgrimida por José Manuel Fernández Pastor, gerente de la bodega, lo que llevó a Gordonzello a apostar de manera tan firme por el Albarín: «Es una variedad autóctona, de una producción muy limitada y característica de una zona concreta, prácticamente sólo el sur de la provincia de León, que reúne dos condiciones esenciales: altísima calidad y diferenciación. Y hay en ella un tercer componente esencial: es nuestra y tenemos que defenderla y ponerla en valor. Somos una provincia privilegiada por la diversidad y la calidad de los productos agroindustriales y la uva Albarín supone en ese sentido una gran oportunidad para las bodegas elaboradoras».

La pujanza del albarín ha llevado ya a trece bodegas —ocho eran el año pasado, con catorce referencias— a incluirlo en su carta de elaboraciones a partir de la vendimia 2014. Gordonzello es proveedora de uva para muchas de ellas. Eso demuestra, defiende Fernández Pastor, que la Albarín «ha dejado ya de ser un proyecto para convertirse en una realidad. No viene a cubrir el hueco de la Verdejo, sino a convertirse en la gran protagonista, junto con la Prieto Picudo, de los vinos de Tierra de León».

Esa afirmación se sustenta no sólo en la experiencia y el conocimiento del sector de quien la pronuncia, sino en el hecho cierto de que en las ferias, entre la crítica y en el mercado exterior despierta incluso más interés que los prieto picudo. «Tiene un retorno muy positivo y a quien lo prueba siempre le transmite muy buenas sensaciones». Eso es tan cierto como que sin embargo no acaba de encontrar acomodo en el mercado local. Pese a ello, la elaboración «no sólo crece en términos numéricos, sino también en la percepción de la calidad de quienes buscan esa referencia», defiende el gerente de la sociedad de Gordoncillo. «Nosotros tenemos una buena base de seis hectáreas de cepaje sobre portes muy consolidados plantados hace veinte años y, por tanto, al mejor nivel de producción», explica Fernández Pastor. Y añade: «Pero nuestra obligación es mejorar cada año el trabajo en bodega y en el resultado final, y en ese sentido creo que con la vendimia 2014 hemos alcanzado el nivel que nos habíamos fijado como objetivo en cuanto a tipicidad y expresión varietal».

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