Diario de León

Escuela de eruditos

Telescopios, lentes, microscopios, infrarrojos, luz ultravioleta o rayos gamma y láser son, durante el verano, los compañeros de juegos de los más pequeños gracias al Museo de la Energía de Ponferrada, que ha convertido La Fábrica de la Luz en un centro de divulgación de la ciencia donde los niños se aproximan a la robótica, la producción de la luz y el efecto de ésta en los colores, la química o la tecnología

En las imágenes pueden verse alguna de las actividades desarrolladas durante este verano en el Museo de la Energía. Robótica, construcción con piezas de Lego, talleres de luz, color y pigmentación y experiencias a medio camino entre el ocio y la formación

En las imágenes pueden verse alguna de las actividades desarrolladas durante este verano en el Museo de la Energía. Robótica, construcción con piezas de Lego, talleres de luz, color y pigmentación y experiencias a medio camino entre el ocio y la formación

Ponferrada

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El Museo de la Energía de Ponferrada ha convertido La Fábrica de la Luz —antigua MSP— en algo más que un complejo museístico en el que se muestran al visitante las entrañas del sector minero y la producción de energía a partir del carbón. Sus instalaciones van más allá de lo puramente expositivo y se adentran cada fin de semana en el campo de la divulgación y la formación científica dirigida, generalmente, a un público familiar y especialmente destinada al disfrute de los más pequeños, que encuentran en esta oferta a medio camino entre el ocio y la educación, una provechosa manera de quemar sus días de vacaciones, ahora que el verano les deja más horas libres.

La programación desarrollada por la dirección de Ene.térmica es amplia, siempre apoyada en la ciencia y las tecnologías basadas en la luz, que hacen visible lo invisible a ojos del ser humano. Lentes, microscopios, telescopios, rayos láser, gamma o X; luz ultravioleta, infrarrojos... Todo ello ayuda en la misión de hacer comprensible para los niños aspectos de la ciencia que de base no lo son. La Fábrica de la Luz se convierte, así, en una escuela de eruditos que engancha. No en vano, son muchos los niños que repiten semana tras semana y que incluso se atreven a pasar una noche en la antigua MSP con ‘Hoy dormimos en el Museo’, que siempre se aprovecha para mostrar a los niños la magia de la luz, también en fosforito, en la oscuridad.

El desarrollo de pequeños proyectos técnicos de robótica, cursos de iniciación a la fotografía y retoque digital, circuitos eléctricos construidos con plastilina, talleres de coloración y pigmentación donde los niños conocen el origen de los colores y como afecta la luz, la construcción de un caleidoscopio con el que conseguir efectos ópticos increíbles o simplemente la posibilidad de jugar de una manera diferente y en un entorno diferente. Todo ello ha tenido lugar ya entre los muros de la vieja central de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, una joya del patrimonio histórico e industrial reconvertida en museo que todavía tiene mucho que ofrecer en lo que queda de verano.

Lo más inmediato, en marcha desde el pasado lunes y vigente hasta el día 13, es un concurso de pintura donde el tema principal es el entorno del museo. Lo que el certamen propone es plasmar gráficamente cualquier parte del exterior de Ene.térmica con técnica libre. Está abierto a cualquier rango de edad, dividido en diferentes categorías. Por su parte el día 15 la química tomará el relevo en un taller donde la col lombarda ayudará a los participantes a construir un pH-metro con el que identificar fácilmente si las sustancias cotidianas que se utilizan en el día a día son ácidas o básicas.

Del 18 al 21 de este mes tendrá lugar el campamento ‘A la luz de la tecnología’, donde a través de experimentos, dinámicas, juegos y actividades, los asistentes podrán comprobar como la luz juega un papel fundamental en la vida cotidiana, la medicina, la manera de fabricar productos o el desarrollo de tecnologías de la información. Por último, el verano del museo llegará a su fin el día 29 del presente mes con nuevos experimentos basados, en este caso, en la acción del fuego sobre el metal. Descubrir cómo determinados metales cambian de color —rojo, verde, amarillo, azul...— al calentarlos a las elevadas temperaturas de una llama será una experiencia cuanto menos sorprendente para los más pequeños.

Con esto y mucho más el Museo de la Energía convierte en sabiduría la diversión y en un juego la ciencia.

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