la bañeza

Hace tan sólo unas semanas estas mismas páginas daban cuenta de las bondades y potencialidades de La Bañeza, un lugar ideal para dejar disfrutar a los cinco sentidos. Entonces quedó patente que el turismo, la industria y el campo son sus puntos fuertes, los pilares sobre los que se apoyan el pasado, el presente y las bases del futuro de una ciudad cargada de historia, no ajena a las leyendas y donde el tesón de sus paisanos, hospitalarios por naturaleza, ha llevado a La Bañeza hasta la cima gastronómica que ha alcanzado con maestría. Los dulces —imperiales, yemas o chocolates— y las ancas de rana dan buena cuenta de ello pero son, sin duda, las alubias sus grandes embajadoras, las que llevan el nombre y la calidad del producto nacido de su tierra no sólo a otros puntos del territorio nacional, sino también fuera de las fronteras de este país llamado España.

Tan importantes son las alubias en La Bañeza que tienen un día propio al año y este mismo domingo volverá a repetirse con la décimo tercera edición de la Alubiada, aparejada a la Feria Agroalimentaria que se desarrollará durante todo el fin de semana y que se ha convertido en una cita ineludible para los amantes del buen comer a las puertas del otoño. Un encuentro en el que este año participarán 78 expositores y que coloca a la villa que la acoge —custodiada desde lo alto por las torres de la casa consistorial y de la iglesia de Santa María— en la capital gastronómica de la comunidad, capaz de reunir a cerca de 40.000 personas en torno a un buen plato de alubias preparado como sólo los bañezanos saben hacer.

La Feria Agroalimentaria y Alubiada son el lugar idóneo para comer bien, pero también un escaparate muy bien ideado para dar a conocer los productos de calidad que ofrece La Bañeza y su comarca, así como el resto de la provincia en general. Todo ello desde la plaza Mayor bañezana —el corazón de esta villa leonesa, donde las casas modernistas han sabido resistir el paso del tiempo— y las calles que de ella parten. Este será el centro neurálgico desde el que el visitante, una vez lleno el estómago, puede disfrutar de todo lo que ofrece la capital de las legumbres, paso obligado en la Vía de la Plata, cuna de sabios fogones y también exponente cultural en el que hunden sus raíces grandes artistas y hombres ilustres. El Centro de Interpretación, donde se expone maquinaria industrial de finales del siglo XIX y principios del XX, siendo la colección más importante de España; o el Museo de las Alhajas, que atesora indumentaria y joyería de la Vía de la Plata son dos ejemplos de lo que La Bañeza ofrece en su vertiente más cultural.

Pasear entre sus calles, conversar con sus gentes y deleitarse también con el olor que desprenden los pucheros preparados con esmero en plena calle son también alternativas de lujo para aprovechar un fin de semana que en La Bañeza sabrá y olerá a alubia pero también a vino y repostería, productos de panadería, conservas, legumbres, embutidos, aceites y quesos... En definitiva, al enorme elenco de productos a los que dará acceso la Feria Agroalimentaria, aderezada con catas, talleres y música en directo.

Trece años dan para mucho. La Bañeza ha sabido evolucionar al compás de su feria y ha sabido colocar a su Alubiada entre los fijos del calendario gastronómico de la comunidad. Un valor del que un año más volverán a hacer gala sus gentes valiéndose, para ello, de las cuatro variedades integradas en la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Alubia de La Bañeza-León: riñón, plancheta, canela y pinta.