Diario de León

El vermú del chamberí

El Chamberí de Fernando Miranda, en Ponferrada, da un giro en su oferta convirtiéndose en vermutería. Sin perder la esencia de bar, incluye 19 referencias de vermú nacionales y de importación, y media docena de combinados que permiten alargar la hora hasta la tarde y la noche.

l. de la mata

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Ponferrada

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E l vermú tiene una hora: la hora del vermú, una sesión de tarde de cine o teatro: la sesión vermú —que es además el título de una de las canciones del grupo de rock gallego Siniestro Total— y ahora también tiene un lugar de referencia en Ponferrada: El Chamberí, en la plaza Fernando Miranda. Este pequeño pero encantador establecimiento ubicado en el corazón de la capital berciana lleva un año abierto bajo la dirección de Sergio Rodríguez Sal y ahora ha querido dar un giro, renovarse y hacerlo recuperando una de las tradiciones más arraigadas al esparcimiento español, el vermú, que regresa con fuerza después de unos años de retraimiento por el auge de otras modas en lo que a coctelería se refiere.

El Chamberí cuenta actualmente con una carta de 19 referencias de vermús españoles, franceses e italianos. Su objetivo es seguir ampliando la oferta en función de cómo responda el mercado y complementarla con media docena de combinados de vermú que ya están disponibles y permiten alargar la hora hasta la sobremesa, la tarde y la noche. En El Chamberí se sirve dry Martini, manhattan, negroni, buñuel, harvard y, por supuesto, margarita. Todos ellos preparados con maestría y mucho conocimiento, pues Sergio Rodríguez Sal es un experto en la materia, maneja como pocos este arte y conoce con detalle la historia del vermú, que da para muchas páginas.

Rodríguez Sal ha recuperado el mítico sifón de soda y está dispuesto a retornar al vermú a su época dorada en Ponferrada, siguiendo la tendencia que ya se ha dejado notar en ciudades más grandes. Quiere convertir su bar en una referencia, en una vermutería de renombre con marcas del Bierzo, Asturias, Galicia, La Rioja, Murcia, Cataluña y Madrid, en España; Marsella (Francia) y Turín (Italia). Y como es lógico, en una tierra como el Bierzo, el trago tiene que venir acompañado de un bocado de cortesía.

En el Chamberí también las tapas guardan la simetría con el producto estrella. Son, como es lógico, pinchos que en boca combinan a la perfección con el sabor de un buen vermú. Hay cuatro tipos de tapas, de entre las que se pueden destacar los bígaros al natural y los boquerones en vinagre. No falta tampoco la Gilda, un pincho muy arraigado a la zona norte de España que, quizás por su nombre, no sea tan conocido, pero sí por su descripción: anchoa, aceituna y guindilla picante. Todo un clásico.

Tal es la importancia que El Chamberí ha querido dar el vermú, que éste está presente también en la esencia misma de la decoración del local. Así, todo el frente de la barra está forrado con etiquetas de vermú, recientes e históricas. Ello se combina con la imperante madera y azulejo castizo con el que se quiere incidir en el arraigo, la tradición y el homenaje a la historia misma de un país que irremediablemente está ligado a esta bebida a base de vino macerado en hierbas.

El establecimiento cuenta además con una barra hacia el exterior que duplica su atractivo y es ideal para el uso de fumadores, que pueden pedir la consumición a través de una pequeña ventana, o aquellos que quieran disfrutar del trago en la terraza. Integra interior y exterior y es ideal para disfrutar de las pocas horas de sol que reserva el otoño a los ponferradinos, ya que justamente a la hora del vermú, los rayos caen sobre el Chamberí, al igual que en primavera.

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