Diario de León

Mencía a conciencia

Pasión, entusiasmo, fuerza e ilusión son los cuatro pilares básicos que sostienen uno de los proyectos vitivinícolas más jóvenes Bierzo. ‘Vehemencia’ es mencía hecha a conciencia.

Enrique Prada, en una de sus viñas preferidas en el alto de Villadecanes, con el mejor Bierzo vitícola como fondo de escenario. B. FERNÁNDEZ

Enrique Prada, en una de sus viñas preferidas en el alto de Villadecanes, con el mejor Bierzo vitícola como fondo de escenario. B. FERNÁNDEZ

Publicado por
RAFAEL BLANCO
León

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N unca había desviado su atención de las viñas, ni siquiera en los años en los que ejerció como ingeniero de caminos, incluso fuera del país. Porque en su destino estaba escrito que habría de dedicar toda su empeño y todo su tiempo a aquello que siempre vivió de manera apasionada, entre la nostalgia y la ilusión. El viñedo familiar que mima como siempre vio hacerlo en casa y que ahora suma casi quince hectáreas había provisto de uva, de la mejor uva que pueda encontrarse en el Bierzo —Villadecanes puede presumir de ello con razón—, a algunas de las bodegas de más renombre en la comarca. Siempre había rondado por la cabeza de Enrique Prada la idea de dar un paso más allá de la viticultura y con la vendimia 2015 se lanzó a la vinificación de una parte de la producción de sus mejores cepas. Partiendo de cero, como muchas veces recuerda, puso entusiasmo allí donde no llegaba la experiencia y prudencia en cada paso que habría de dar en su cauteloso salto a la condición añadida de elaborador y bodeguero. E impuso sus convicciones en la viña y en la bodega: limitados rendimientos, viticultura ecológica camino ya de la certificación oficial y calidad por encima de la cantidad en la vinificación para sacar lo mejor de unas cepas, en algunos casos centenarias, que se extienden en laderas con distintas orientaciones y composiciones de suelos en los mejores parajes de Villadecanes.

Las muchas horas de dedicación a la viña y a las labores en la bodega —todo lo hace manualmente, incluso el etiquetado botella a botella, el encapsulado y el estuchado— y sus impulsivas convicciones, reflejadas en la mención de los vinos que también será en breve la de la propia bodega, se vieron recompensados con un primer vino que transmite sinceridad, carácter e identidad y que desborda honestidad y calidad. Tanta que ese mencía joven que concreta todas las virtudes de la variedad y las excelencias de la tierra de la que brota mereció en su primera edición comercial, la que ahora está en el mercado, una calificación sobresaliente (90 puntos) por parte de Robert Parker, el crítico más influyente a nivel internacional. Es motivo de orgullo para quien se impone como primer deber «probar, abrir la mente y aprender» para afrontar al futuro, sin renunciar nunca a una mirada nostálgica al pasado: «Lo que hago en las viñas es desde el más absoluto respeto y con un cariño inigualable porque no puedo evitar ver en ellas a mis abuelos».

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