La risa que sana

¿Tanto cuesta sonreír y ser amable? Caminamos por la calle con la vista en el infinito (y algunos, como diría Buzz Lightyear, en el más allá) o en el móvil. Caras serias, ensimismadas y taciturnas. Más que una recomendación, por aquello de sanar el espíritu, debería ser una obligación, para intentar sanar a los demás. Una sonrisa no cuesta nada, sólo mover unos cuantos músculos de la cara de forma consciente o inconsciente. En concreto, 17 músculos para sonreír y 43 para fruncir el ceño. Y si a una sonrisa la acompaña un gracias, buenos días, buenas tardes o un simple hola, esos 17 músculos se multiplican por dos ya que, casi con toda seguridad, nos responderán con otra mueca. Mucho se ha escrito de los beneficios de la risa para la salud, tanto física como anímica. De hecho, se organizan talleres de risoterapia para enseñarnos a reír, reír con ganas, porque la risa es la mejor medicina, la más barata. Una sonrisa es una risa suave y silenciosa. Por ello, queda demostrado que sonreír y ser amable es beneficioso para nuestra salud (y para la de los demás).

Después de una semana de ajetreo, idas y venidas y con más ceños fruncidos que otra cosa, nada mejor que practicar sonrisas durante el fin de semana, pero las de verdad. Esos ‘smiles’, los emoticonos o ‘emojis’ son, como bien dice la Real Academia Española (RAE), “la representación facial que se utiliza en mensajes electrónicos”, no son lo mismo. Pero si no hay otra cosa…

Cualquier momento es bueno para empezar a practicar. Este sábado puede serlo. Seguro que la Romería de ‘La Melonera’ en León consigue arrancar más de una risa y sonrisa a su paso por las calles del centro. Así que, este sábado ejercitemos los 17 músculos de la sonrisa y acudamos a la Plaza del Grano a probar esos 400 kilos de melones y 200 de sandí?as, la parva y los caramelos de la madrina (que hay bautizo como los de antes).