Diario de León

Vino como el de la abuela

De aquella manera de la abuela de hacer vino y de aquel «¡Ay, lacazán!» como habitual y cariñosa reprimenda a su. nieto nace este joven ‘Lacazán’ de Mencía desde una idea tradicional y familiar de vinificación, en este y otros casos rescatada y ahora asumida como contemporánea..

Publicado por
RAFAEL BLANCO
León

Creado:

Actualizado:

Javier Coedo García es uno de los integrantes de la más prodigiosa generación de enólogos que ha dado el Bierzo, con amplia y muy cualificada representación en Valtuille de Abajo. Sin embargo, y pese a su amplia experiencia desarrollada durante quince años de trabajo en grandes bodegas de la comarca, no había ido más allá de la venta de la uva en el aprovechamiento del viñedo familiar. Demasiada calidad para no sacar un mejor y más noble rendimiento. «Era un pecado no elaborar», reflexiona ahora a la vista de la experiencia. A esa causa se lanzó en 2015, imponiéndose entonces y para el futuro que siempre habría de ser de vendimia nocturna —mayor frescura de la uva, menos gasto energético y sostenibilidad en bodega y preservación de las mejores cualidades aromáticas de la Mencía—, condición de la que presume en exclusividad en el vino berciano.

De las once hectáreas de viñedo viejo —entre 80 y 90 años de media, con cepas de hasta 120— de las que habitualmente venía recogiendo unos 50.000 kilos de uva, sólo vendimió este año 12.000, porque el mildiu castigó con mayor dureza justamente a quienes practican una agricultura más respetuosa con la variedad y el medio ambiente. No le preocupa una merma de cantidad que compensa la extraordinaria calidad de las veintidós pequeñas viñas —2,5 hectáreas la más grande— ubicadas en parajes de referencia del viñedo de Valtuille de Abajo: Airola, La Cova de la Raposa, La Mata de los Pardos... De esa vendimia, de acuerdo con las enseñanzas de la abuela y tal y como lo hacía ella hace cincuenta años, Coedo lleva al depósito un 75% de uva despalillada y un 25% de racimo entero en una elaboración absolutamente artesanal. «Tarda más en hacerse, porque no embotello hasta abril, pero el vino tiene más estructura, más cuerpo y más vida en el tiempo. Es cuestión de ponerle cariño», admite. De aquel primer Lacazán (gandul mejor que holgazán en el vocablo que el gallego extiende hasta allí) elaboró 6.300 botellas, que se reducirán a 3.500 en la cosecha 2016. Debe Coedo gestionar un reparto justo de la uva y de los recursos, porque de aquella primera vendimia nocturna también reservó una parte, cuya maceración prolongó para ganar cuerpo, que guarda en cinco barricas para un segundo tinto con doce meses de crianza. Será Manguelo (lo es el que no trabaja, frente al lacazán poco amigo de trabajar). Reconoce la contradicción entre el significado de los dos térmi-

nos y él, pero la memoria y el homenaje a la abuela bien lo merecen.

tracking