Viaje al último rincón

A orilla del río Cua, se asienta la Guímara, el último rincón de la provincia leonesa. Perteneciente al municipio de Peranzanes, la población está ubicada en el berciano Valle de Fornela. Este bello lugar, en pleno corazón de los Ancares, sirve de punto de partida para los aficionados al senderismo y a las rutas de alta montaña. Y es que desde Guímara se accede, por poner solo un ejemplo, al Pico Miravalles, en cuyo alto, a casi 2000 metros de altura, se puede ver la vecina tierra asturiana de Ibias. La montaña no es el único atractivo de este lugar que está a cerca de dos horas en coche de León y a una de Ponferrada, también lo son la gastronomía y sus gentes. Guímara cuenta con varios alojamientos rurales y con el bar-restaurante del pueblo, La Corte del Toro, donde la carne a la parrilla es el plato estrella, regado con los mejores caldos del Bierzo y por supuesto con los embutidos de la zona. El otoño y la primavera son las mejores estaciones para recorrer este pueblo de la provincia por el colorido del paisaje y la climatología. No obstante, en verano las calles se convierten en un hervidero de gente en la celebración de San Bartolo, el patrono, que se festeja el 24 de agosto.  Uno de los puntos álgido de esta festividad es la Danza, una tradición que se mantiene viva desde hace un centenar de años y forma parte del patrimonio popular berciano. Para finalizar la visita a este maravilloso lugar,  se debe hacer un alto en el área temática del Castro de Chano, a dos kilómetros escasos de Guímara. Se trata de un yacimiento celta con media docena de pallozas visitables y un centro de interpretación.