Sandra Romero Patisserie. El fenómeno del Happycao

No es un bollo cualquiera, está lleno de felicidad. La felicidad que experimenta quien le da un bocado y retrocede varias décadas en el calendario, hasta aquellos años 80 en los que un bollito de pan brioche relleno de cacao completaba las mochilas y las horas de recreo. De esa felicidad traducida a la pastelería y al inglés surgió el HappyCao que Sandra Romero Patisserie elabora artesanalmente en su obrador de Ponferrada y comercializa en exclusiva en la pastelería de la calle La Paz. Y de ahí a toda España, porque tal ha sido el éxito del HappyCao que semanalmente realiza envíos a otros puntos de la Península y Baleares. Se ha fijado un límite de 200 unidades por semana —más los cien de elaboración y venta diaria— para no perder la esencia de un producto elaborado con las manos y mantener la calidad.

El secreto es el sabor, la esponjosidad y un relleno de cacao abundante que sabe a lo que es, sin nada de artificio. El HappyCao se ha hecho viral en redes sociales y hasta las hormigas más famosas del país, las del programa de televisión El Hormiguero, han caído rendidas al gusto de un bollo que en poco tiempo se ha convertido en el producto estrella de Sandra Romero Patisserie. Y eso que todo surgió de un casualidad mientras esta repostera berciana preparaba la merienda para su hijo Martín. Tras varias pruebas hasta dar con la fórmula definitiva, el HappyCao salió al mercado pasada la Navidad y el ‘boom’ fue inmediato. Tanto que ya es marca registrada, tiene identidad propia y todo un universo en fase de desarrollo a su alrededor, incluida una posible melodía.

El bollo relleno de cacao es único y especial, como también lo es el envoltorio que lo contiene y la sorpresa que le acompaña. Sí, cada bolsita de HappyCao lleva incluido un juguete propio de aquellos años 80. Puede haber pequeñas pistolas de agua, alguna canica, una carraca, una peonza... Es sorpresa, como el sabor para quien prueba el HappyCao por primera vez. Jamás queda indiferente, porque sabe a lo que es, sabe natural y sabe en abundancia.

‘El de siempre, el de antes’. Ese es el apellido del HappyCao y esa es su esencia, la que lo hace único pese a su dilatada historia, la que lo ha convertido en un reclamo que ha obligado a Sandra Romero Patisserie a ampliar la plantilla y reorganizar la estructura del obrador para poder atender todos los pedidos que llegan. Tantos que, ahora mismo, trabaja con un margen de espera de dos semanas.

Sin conservantes, sin colorantes, hecho uno a uno a mano y con el mimo que Sandra Romero le pone a todo lo que hace. Así es la reinvención del bollito relleno de cacao que está reconquistando los paladares de quienes en los 80 eran niños —la mayoría de los pedidos de fuera los hacen personas con entre 30 y 45 años— y despertando los de las nuevas generaciones.