Diario de León

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De viaje a Astorga, es un encanto

León

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Adentrarse en Astorga es hacerlo en una ciudad con encanto, que embelesa no sólo a la vista, también al paladar y la mente. La ciudad bimilenaria abre cada día sus puertas a los visitantes y turistas para ofrecerles lo mejor de sí, de unas tradiciones y raíces que se compenetran a la perfección con los nuevos tiempos. Ubicada en pleno Camino de Santiago, la ciudad bimilenaria no deja indiferente a nadie. Empezando por su rico patrimonio jalonado de vestigios y joyas romanas, astures, de la edad Media.... Tantos años de historia dan para mucho. Su Palacio episcopal obra del aruitecto Gaudí aparece como uno de esos lugares en el que detenerse y entrar, al igual que la Catedral que se erige con su vigía Pedro Mato en todo lo alto al cielo y que remarca la importancia de la ciudad como cabecera de Diócesis. No podría entenderse Astorga sin su esplendoroso legado romano. El foso que formaba parte del sistema defensivo, las Termas Menores o la Ergástula son parte de ese rica esencia patrimonial al igual que el sistema de cloacas o canalizaciones que desde hace años puede visitarse y que ha pasado de desconocido a un atractivo denotable valor. La visita por la ciudad, que para poder disfrutar en toda su esencia debiera ser por varios días, tambén encuentra en las plazas como la Mayor o la ‘hermana’ de Santocildes un lugar para el paseo y el disfrute, sea cual se ala época del año. Y si de tradiciones hablamos no podía faltar una que ha dado gran renombre a la capital maragata, la del chocoleta. Afamada por este producto desde hace años el Museo del Chocolate marca también el paso a la historia.

Un paso en el que no podía faltar la gastronomía. Rica, exquisita y sustento para el visitante tiene a uno de sus emblemas el cocido maragato.

Santo y seña también es otro plato relacionado con los arrieros, el bacalao. Y en tierra de maragatos Astorga lo condimenta de maravilla. Y con ese apellido tan significativo de ‘al ajoarrriero’. Son sólo dos ejemplos del buen yantar en la capital de astures y romanos. Platos que llenam de sabores el paladar como los embutidos. Cecina o jamón son curados con esmero y al aire del Teleno para ofrecer el mejor producto cárnico. Al igual que los dulces. Con las mantecadas como uno de los santos y seña pero sin olvidarse de los hojaldres, los merles y.... el chocolate. Dulces manjares para que cada visitante pueda dar rienda suelta a todos sus sentidos en una ciudad que es cruce de caminos y cuya localización bien merece una parada... y si es posible lo más prolongada en cuanto a tiempo posible.

Gastronomía y patrimonio se dan cada día la mano para convertir su maridaje en una seña de identidad que hace de Astorga un lugar obligado de paso y estancia para disfrute de todos los sentidos. Una estancia que no deja a nadie indiferente y que invita a repetirse... cuantas más veces mejor

Y si algo faltara no se pueden olvidar las fiestas y tradiciones. Con los Romanos y Astures como protagonistas a finales de julio cuando la ciudad hace gala de ese blasón de bimilenaria para retrotraerse a sus gloriosos orígenes. Cuando El césar y el caudillo astur lideraban batallas, conquistas y empezaban a escribir la historia de una localidad que sigue viva y vital con sus más de 2.000 años de protagonismo en el calendario.

Una fiesta que durante una semana se convierte en un pulmón que mira al pasado pero sin olvidar el presente y el futuro. Carnavales, Semana santa, fiestas patronales de santa Marta... Todas muestran la esencia de una ciudad que tiene de todo y en la que la oferta hostelera y hotelera también aporta su grano de arena para que las horas se convierten en días disfrutando de los encantos de Astorga.

Y además con el CFamino de Santiago como eje aglutinador de visitantes y peregrinos que hacen parada en la ciudad a la vista de sus murallas. Y disfrutan de su patrimonio, cultura, gastronomía, fiestas y del carácter acogedor de los astorganos. Porque Astorga es vida.

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