Diario de León

De viaje a Villaquilambre

Respirar. Relajarse. Escuchar la música del campo. La ansiada libertad puede disfrutarse junto al Torío, esa serpiente de agua fresca que cruza Villaquilambre y aporta murmullos a la senda fluvial y al carril bici que enlaza Villaobispo con Villanueval. El municipio pionero en abrir caminos a los ciclistas es un paraíso verde a cinco minutos de León

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p. infiesta
León

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A dos pasos de la ciudad, existe un municipio, Villaquilambre, que piensa en verde y que se coloca en el top 10 de los territorios con más metros de jardín por habitante. De hecho, en sus 51 kilómetros cuadrados destacan 22 espacios medioambientales, entre ellos grandes parques y multitud de zonas de esparcimiento en sus diez localidades, sin contar la senda fluvial junto al Torío que permite un paseo a pie y en bicicleta.

La vegetación de ribera, el praderío y decenas de árboles permiten cargarse de energía en contacto con la naturaleza. De hecho, la senda es un desfile de robles, melojos, pinos, fresnos y brezos. Al pedalear o caminar se escuchan los trinos del abejaruco, el elanio azul y el ruiseñor.

Este corredor verde se prolonga hacia la capital, cruzando un pequeño tramo de carretera hacia el parque de La Candamia en busca del nudo donde el Torío vierte sus aguas al Bernesga. El carril-bici continúa hacia La Lastra hasta girar al paseo inferior de Papalaguinda y su prolongación hacia La Condesa y San Marcos. En total, los ciclistas pueden recorrer desde el famoso Parador hasta Villanueva 27 kilómetros si realizan ida y vuelta.

Para descansar se han dispuesto bancos a lo largo del tramo y miradores sobre el río, desde donde se pueden observar ese color verde relajante y las típicas cárcavas. Villaquilambre ofrece otros 8,5 kilómetros de carriles bici, que gozan de muchísimo uso en su vertiente recreativa, pero también, cada vez más, como vías de desplazamiento interior entre las localidades del municipio. Junto a la carretera de Santander, la ciclovía es de color granate y enlaza Villaobispo con Robledo de Torío.

La expansión urbanística ha cegado, a veces, la visión que se posee de este municipio del alfoz, que aún conserva un rico patrimonio natural desde su punto más elevado, el Alto de la Vallina (1028 metros) al más bajo en el Soto de la Candamia (820 metros). Quien se acerque dispondrá de una oferta variada desde el parque del Cardadal y Valdeiglesias en Navatejera a Las Ericas de Villamoros, Las Eras de Villaquilambre, el área de la casa de cultura de Villasinta o el del Camino de la Presa de Villaobispo, entre otros.

Y es que Villaquilambre se ha convertido en un pulmón para respirar aire puro a escasos kilómetros de la capital. Ofrece varias rutas senderistas y una de las más apetecibles es la que transcurre entre los pueblos de Villaquilambre y Villasinta. La ruta circular de La Lomba-Los Coladeros dispone de dos opciones: larga (6,3 kilómetros) y corta (5, 2 kilómetros). Parte de la calle La Llomba de Villaquilambre y vuelve por el camino de Los Coladeros, las dos calles en la zona trasera del colegio de esa localidad.

Los más afortunados podrán divisar corzos, tórtolas y milanos, además de otras especies de aves.

En Villarrodrigo, además, funciona una pista de pump track. Se trata de un circuito con desniveles para los amantes de las bicicletas que se puede recorrer sin dar pedales impulsado por la inercia que se adquiera en los saltos, los peraltes y la habilidad del usuario. Este modelo deportivo se desarrolla totalmente en contacto con el medio natural y supone un atractivo reclamo para la población de diferentes edades porque desarrolla un ocio activo y hábitos saludables.

El acceso se efectúa en la confluencia de las calles Arriba y Los Espinos. La instalación se encaja dentro de un rectángulo de 59,72 metros de largo por 22,70 metros de anchura y ocupa poco un millar de metros cuadrados que se dividen en una zona de rodadura (430,80 m2), taludes (140,59 m2) e isletas interiores (431,98 m2). El circuito posee una altura máxima de un metro veinte y queda integrado en la zona como parte del terreno.

Villaquilambre es, además, territorio de presas y molinos, de río, de gastronomía excelente con establecimientos señeros, algunos en Villaobispo, de 34 iglesias, ermitas y hasta los vestigios de un monasterio de San Cosme y San Damián, de donde salió la primera biblia mozárabe que hoy guarda la Catedral. El pendón más antiguo de la diócesis procede de otro de sus pueblos, Villasinta. Como hitos etnográficos destacan las bodegas de Canalejas y Villasinta y los ocho molinos que aún están en pie. E igualmente singular es la cueva de San Martín, conocida como del Moro, que incluye la única iglesia excavada de la Alta Edad Media que se conserva en la provincia de León. Propiedad de la reina Teresa Ansúrez, mujer de Sancho I, era gestionada por su mayordomo, el monje Zuleiman. Así que el municipio de Villaquilambre se deja descubrir al aire libre y aporta el placer de poder respirar aire puro a tiro de piedra de la capital.

A tener en cuenta

En sus 51 kilómetros cuadrados, Villaquilambre ofrece 22 espacios verdes, entre ellos, seis grandes parques y multitud de zonas de esparcimiento, además de la senda y carril-bici junto al Torío

El pump track de Villarrodrigo.ramiro

El parque de Villaobispo de las Regueras.ramiro

La ruta de senderismo de la Lomba ofrece más de 6 kilómetros.ramiro

El parque de Villamoros 'cuida' a los pequeños.ramiro

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