Diario de León

El misterio del pinar de Riocamba

Los aficionados a las setas saben que cualquier época del año es buena para ellas y León es un paraíso. En marzo, aunque ya se las ve en enero por el cambio climático, la estrella es el marzuelo y el maravilloso entorno del pinar de Riocamba, en la comarca de Sahagún, uno de los lugares donde dar un paseo entre marzuelos.

Pinar de Riocamba, uno de los lugares donde se pueden recolectar marzuelos.JOSÉ ÁNGEL HARRY

Ana Gaitero
León

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"Cuando se acerca el final del invierno y se va derritiendo la nieve aparece en nuestros bosques una de las primeras setas que dan la bienvenida a la primavera, el marzuelo", apunta José María Escapa, presidente de la Asociación Micológica Leonesa San Jorge. El marzuelo, añade, «es una de las setas comestibles con mayor halo de misterio».

Los secretos del marzuelo están reservados a los recolectores más experimentados porque crece fuera de las temporadas típicas para las setas, la primavera y el otoño, y suele aparecer semienterrada o incluso complementamente oculta bajo el musgo.

Marzuelos jóvenes, que se identifican por su sombrero convexo.JOSÉ MARÍA ESCAPA

Estas peculiaridades hacen del marzuelo, que científicamente se llama Hygrophorus marzuolus, una gran desconocida que gana buscadores. «Cada vez es más habitual encontrar aficionados a las setas con cestas desde finales de enero por los pinares de nuestra provincia», apunta Escapa.

Para el marzuelo, este joven apasionado por la micología recomienda una ruta especial. El pinar de Riocamba, una masa forestal de pinos de repoblación de casi 2.500 hectáreas plantadas hace más de 80 años en el término municipal de Cea, al sureste de León, es un lugar ideal para disfrutar de un paseo entretenido en busca de marzuelos.

Casa forestal de Riocamba, lugar ideal para iniciar la ruta por el pinarDL

Bajo el sotobosque de las tres especies de pinos más emblemáticas de la península ibérica se esconde el secreto de los marzuelos. Los días son más largos y las tardes se dejan querer un poco más para respirar el aroma de las coníferas. El pino silvestre (Pinus sylvestris), el pino negral o laricio (Pinus nigra) y el pino resinero (Pinus pinaster), este último de forma testimonial, son el manto bajo el que estos hongos tan característicos del fin del invierno tienen su hábitat.

Un buen punto de partida para este paseo es la Casa Forestal, a la que se puede acceder desde la localidad de Canalejas. «Desde aquí ya podemos adentrarnos por cualquiera de sus múltiples caminos y disfrutar de la belleza del Bosque de Riocamba», afirma el experimentado micólogo.

El Diente de Perro, planta que da pistas sobre la presencia de marzuelos.JOSÉ MARÍA ESCAPA

La razón por la que los marzuelos tienen su hábitat preferido en los pinares se debe a los suelos ácidos de estos bosques, «especialmente cuando están mezclados con roble melojo». Es un hongo de costumbres. El marzuelo «es fiel a los lugares donde crece y si las condiciones son buenas volverán a salir todos los años en el mismo lugar», aprecia José María Escapa.

El paseo en busca de marzuelos requiere de mucha atención. Su recolección es una invitación a mirar al detalle y no distraerse, sumergirse en una especie de comunión con la naturaleza porque «el marzuelo es muy difícil de ver».

La Hepática, otra de las flores que avisa de que puede haber marzuelos cerca.JOSÉ MARÍA ESCAPA

«Suele crecer medio enterrado y sólo es visible una parte muy pequeña de su sombrero. A veces sólo se ve bulto que sobresale del suelo», añade el presidente de la Asociación Micológica Leonesa San Jorge.

Algunas de las pistas que pueden ayudar a que la cesta no se quede vacía son las plantas que suelen florecer a la vez que salen los marzuelos, como el Diente de perro (Erythronium dens-canis) o la Hepática (Hepatica nobilis). «Si encuentras uno, busca a su alrededor. El marzuelo suele salir en grupos numerosos, si encuentras uno es difícil que no haya más ejemplares a su alrededor», anima.

Características láminas recurrentes de los marzuelos.JOSÉ MARÍA ESCAPA

Los marzuelos tienen un sombrero que suele medir entre 3 y 13 cm. En los ejemplares jóvenes su forma es convexa y se aplana cuando son adultos, con un margen que «va de curvado a liso o plano».

Otra peculiaridad de esta seta tempranera es su color. Pasa de ser completamente blanco en ejemplares jóvenes y enterrados, a tonos grises en ejemplares desarrollados e incluso a gris oscuro casi negro en otros. Su pie es carnoso y suele ser grueso, corto y de color blanco, aunque con la edad se torna gris y suele tener presencia de manchas atigradas de color gris. 

Laguna en Riocamba con el pinar al fondo.JOSÉ MARÍA ESCAPA

Las láminas son espaciadas y gruesas, decurrentes, según la terminología experta. En ejemplares jóvenes son blancas tornándose grisáceas en adultos. La carne es blanca y tierna y presenta tonos grises bajo la cutícula. 

Su recolección tiene recompensa. Más allá del disfrute del paseo está la delicia gastronómica. «Está considerado excelente comestible y para muchos aficionados micófagos es una de las setas más deliciosas que pueden recolectar».

Rebozuelo (Cantharellus cibarius).JOSÉ ÁNGEL HARRY

Otra ventaja de los marzuelos es que, «por la época en la que crece no tiene posible confusión con ninguna otra especie, y mucho menos con ninguna especie tóxica», señala. Hay una especie muy similar, el Hygrophorus camarophyllus, que crece en otoño y que también es comestible, aunque de menor calidad.

El marzuelo y sus compañeras rompen los tópicos de que las setas se limitan al otoño y la primavera. «Aunque el invierno en estas latitudes sea una de las peores épocas para la recolección de setas, eso no quiere decir que no haya, setas hay todo el año», recalca José María Escapa. En invierno, en zonas resguardadas del frio y dependiendo del año, se pueden encontrar en estos pinares angula de monte (Cantharellus tubaeformis), algún rebozuelo (Cantharellus cibarius) o lenguas de vaca (hydnum repandum), todas ellas comestibles.

Angula de monte (Cantharellus tubaeformis).JOSÉ MARÍA ESCAPA

Lengua de vaca (Hydnum repandum), otra seta que se puede encontrar al final del invierno.JOSÉ MARÍA ESCAPA

Marzuelos jóvenes.JOSÉ MARÍA ESCAPA

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