Diario de León

Otoño en Teverga

Las jornadas gastronómicas incitan a visitar un concejo, vecino de León, en el que disfrutar de su enorme patrimonio, como la Senda del Oso, Cueva Huerta, el Parque de la Prehistoria, la Colegiata de San Pedro y el paraíso de sus rutas que en esta época siguen la huella de los brañeiros

Álvaro Caballero

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Si necesitan una disculpa, escojan el otoño que enciende el parque natural Las Ubiñas-La Mesa con su llamarada de ocres y rojos, la gastronomía de sus jornadas de noviembre, el románico bizantino de la colegiata de San Pedro, la invitación al disfrute familiar por la Senda del Oso, las sendas en las que el paisaje invita a perderse, la escalada por las formaciones kársticas de piedra caliza que tallaron los siglos, el parque de la prehistoria en el que conocer el arte rupestre, la cueva de Huerta en la que se hunde uno de los monumentos hidrogeológicos más importantes del norte peninsular, la arquitectura tradicional que construyó la leyenda de los brañeiros...

No lo piensen más. La apuesta de Teverga, reconocido como Pueblo Ejemplar de Asturias en 2013, en el cordal que para un leonés nunca fue frontera, sino espacio de convivencia con los hermanos del Principado, derrocha oportunidades para todos los gustos en las que disfrutar de su oferta turística, cultural, natural y gastronómica. Esta última incita a adentrarse el territorio del oso para disfrutar de las jornadas de otoño, organizadas por el ayuntamiento astur, que se concentran en los fines de semana del 8 y 9, y 15 y 16 de noviembre. El menú marida las excelencias de la agricultura y la ganadería de la zona con el saber de la cocina tradicional: picadillo, pote tevergano, callos y arroz con leche o borrachinos, acompañado con pan de escanda, vino o agua. No quedarán con hambre, sino que disfrutarán del regusto de esta oferta, además de que podrán disfrutar el 15 y 16 del mercado artesano, que se complementa el domingo en las calles de San Martín con la charanga musical La Garrapiella, un grupo de musica tradicional que incorpora a los tradicionales conjuntos de gaita y tambor otros instrumentos como la curdión diatónica, el saxo barítono o la gaita en distintas tonalidades.

El buen provecho garantizado anima la invitación de Teverga a gozar del escenario único del parque natural Las Ubiñas–La Mesa, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en julio de 2012. No hace falta un nivel experto. La oferta diseñada por el ayuntamiento ofrece un abanico de rutas suficientes en las que cada uno encuentre el mejor acomodo para sus capacidades y salga a gozar del paraíso natural y la arquitectura tradicional de montaña, en la que perviven hórreos, paneras, molinos y corros, testigos del modo de vida brañeiro.

Este mapa ofrece al viajero pisar por donde lo hicierondurante siglos los ganaderos de la zona que, aún hoy, mantienen el legado de la trashumancia con la subida de las reses a los puertos desde primavera hasta el otoño. La ruta de los vaqueiros, con 6,7 kilómetros, calificada como fácil, parte del acceso a Tuiza desde la carretera que va de San Martín al puerto de San Lorenzo y describe un recorrido circular en el que encontrar todavía las trochas descritas por el tránsito de las reses y ver las brañas en las que hacían vida los pastores antes del invierno.

No deberían de perdérsela, como tampoco tiene perdón que no apuren el paso para acercarse a deleitarse con una de las postales más espectaculares que dibuja el otoño en Asturias. La ruta del hayedo de Montegrande, uno de los mayores del Principado, ofrece ahora toda la gama de su paleta de colores en la que extasiar la vista, mientras las pisadas hacen eco en las hojas que alfombran el camino que conduce a conocer la cascada del Xiblu. Son apenas 4 kilómetros que nunca olvidarán.

Hay más. Aunque la incitación a salir a pasear encuentra su referente en la Senda del Oso, ejemplo de reconversión del trazado del antiguo tren minero en una vía verde, pespunteada por túneles, ríos y el cercado osero. Esta herencia de las minas, la reinventa Teverga para ofrecer a los visitantes un recurso turístico inigualable, dotado con todo tipo de servicios y alquiler de bicicletas, durante un recorrido de 21 kilómetros, desde Tuñón hasta Entrago, que crece con otros 8 kilómetros en dirección a Cueva Huerta y con un acceso directo al Parque de la Prehistoria.

No se pueden quedar a la puerta a la que pone sombra Peña Sobia. Entren a cueva Huerta, una de las mayores cavidades asturianas, horada en el desfiladero de Estrechura y declarada Monumento Natural. La visita les permitirá conocer mejor cómo el agua cincela la piedra a su antojo desde hace siglos. Tantos que, por entonces, habitaban el territorio los dinosaurios y se alumbró el arte rupestre del que, apenas a unos kilómetros de distancia, pueden encontrarse sus enseñanzas en el Parque de la Prehistoria, antes de llegarse hasta Colegiata de San Pedro, en la que se guardan dos momias.

Si son aficionados, podrán tentar a las paredes verticales que invitan a la escalada y, a la espera de apertura en los próximos meses, abismarse en la vía ferrata de Entrago, con niveles de dificultad adaptados a todos. No necesitan más disculpas. Tiene Teverga tanto que ver...

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