Diario de León

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Fui al concierto de Javier Arias. Hubiese ido aunque solo fuera para espetarle en la puerta: «Doctor Bogarde, supongo». Qué gran espectáculo nos ofrecieron él y su grupo, en el Auditorio, con el respaldo del Ayuntamiento de León. Dedicó la primera parte a presentar los temas de su nuevo trabajo discográfico, Nice & Easy, en el que combina clásicos con composiciones propias, en ambos con resultados excelentes. La segunda, a las que todos estábamos deseándole escuchar, más un puñado de sorpresas. Y sí, interpretó That’s life, que suena en la película Joker, con sentidas palabras de introducción. Cantó Once in a while, que Nat King Cole hubiese aprobado. Y el vital Puttin’ on the Ritz, que inmortalizó Astaire. Y se atrevió con Blue Velvet. Y con una de Smokey Robinson. Y hasta con una versión de «Mediterráneo». Y con New York, New York y My way, porque la cabra tira al monte y el león al neón. Arias/doctor Bogarde tiene una gran cultura musical, nunca habría dicho aquello de Homer Simpson cuando fue expulsado de Inglaterra: «¡Os fastidiáis que nuestros Rolling son mejores que vuestros Beatles». Por cierto, enorme su versión del más célebre tema de Tom Jones: It’s not unusual. La buena música es lo contrario a un brexit: fraternidad que nos hermana en una casa sin cerraduras. Chavela Vargas y Billy Holiday no habitaron en territorios distintos, ni Arias y sus maestros. Se trata del mismo fluir.

No hay paradoja en que un leonés interpreté canciones de Elvis, Sinatra, Martín… pues la creatividad y el genio consisten precisamente en eso «Pues yo dejé de leer Guerra y Paz cuando me enteré de que Leon Tolstói no era de aquí», dirá alguien. Allá usted. Nadie encarnó mejor a la rusa Natasha Rostova que la belga Audrey Hepburn. Esta es la bella paradoja de la verdad sin fronteras. Arias es un babiano con swing y es cool.

Con su nuevo disco, que salió ayer a la venta, regresa por esa puerta grande que es la música universal, pues todos reímos y lloramos en el mismo idioma. Ahora bien, no hace vintage, no confundamos, sino eso que proclamó Sam en Casablanca: lo que permanece mientras el tiempo pasa. Regresa a su gran casa sin cerraduras. Gracias por este retorno a lo esencial.

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