Editorial | Una gran reserva para todas las reservas

León tiene siete territorios declarados Reserva de la Biosfera y lleva con orgullo el hecho de acumular tantos espacios protegidos con este sello como Japón o Reino Unido. La protección de este patrimonio, emblema del medio rural, de los pueblos y de sus gentes, conlleva una responsabilidad que trasciende los recursos de los que disponen los pequeños ayuntamientos que lo conforman y aunque ya hay partidas habilitadas por parte de la Diputación y de la Junta para colaborar en su mantenimiento, lo cierto es que no llegan a todo. El planteamiento de aunar todas las reservas en una Gran Cantábrica aumentaría la repercusión de estos enclaves, tanto a nivel nacional como internacional, y supondría un impulso para su desarrollo. No es una idea nueva pero quizás haya llegado el momento de tomársela en serio.