Una situación atípica que no esconde la realidad

Los datos sobre procesos judiciales relacionados con los desahucios, los despidos o los procesos concursales de los últimos meses son necesariamente atípicos por la paralización de la actividad judicial durante el confinamiento y el estancamiento en la desescalada. Pero no pueden esconder la dureza con la que la situación económica generada por la pandemia golpeará en el último tramo del año. No sólo se evidenciarán aquellos casos que han permanecido aletargados por la situación judicial, sino que los expertos prevén que se disparen las incidencias en este tipo de procesos por el aumento de las dificultades económicas de familias y empresas.

El confinamiento suspendió los plazos judiciales, pero no paralizó los problemas; y la parálisis económica generada por la pandemia ha venido a agudizar los problemas que desembocarán en buena medida en los tribunales.

Ante esta situación algunos colectivos (como el caso de Stop Desahucios) levantan ya la voz reclamando medidas de protección para los colectivos más vulnerables a los efectos de la drástica recesión económica que está generando la crisis sanitaria. Y los problemas de acceso a la vivienda volverán a primer plano, porque siguen en realidad sin resolverse.

Ahí está el caso de los vecinos de dos edificios que han tenido que abandonar los pisos que tenían alquilados, con perspectivas de largo plazo, porque el banco propietario se los ha vendido a un ‘fondo buitre’ que ha rescindido los contratos.

Los datos no lo reflejarán aún, pero la crudeza de la situación económica tiñe ya la realidad.