Editorial | Confianza empresarial para afrontar la necesaria transformación económica

El Indicador de Confianza Empresarial Armonizado que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística revela para Castilla y León un aumentó un 16,4%, lo que sitúa a la comunidad autónoma muy por encima de la media del país. Esta mejoría en la percepción sobre la situación actual, matizada en el caso de la patronal leonesa con la exigencia de un mayor compromiso de las administraciones y la ejecución inmediata y real de las grandes inversiones pendientes, es el resultado del incremento de establecimientos empresariales que piensan que su negocio evolucionó de manera favorable en los tres últimos meses y del descenso de los que opinan que se comportó de una manera negativa.

Es innegable que los empresarios, desde esa actitud positivista, ejercerán un papel protagonista en la fase de recuperación, contribuyendo con su esfuerzo y compromiso a definir un modelo de futuro que permita crecer de manera ordenada y generar empleo de mayor calidad y los recursos necesarios para financiar nuestro Estado de bienestar y nuestro modelo de vida prepandemia. Y es, no cabe duda, un desafío importante que exigirá disposición social y un esfuerzo colectivo de modernización y transformación a partir de una estrategia de recuperación y reformas avalada también por los partidos políticos y los interlocutores sociales.

Con una economía todavía condicionada por claras limitaciones de competitividad y un evidente déficit en la gestión pública de la pandemia y de sus graves consecuencias económicas y sociales, los empresarios y los trabajadores van a tener que asumir la responsabilidad sobre ese proceso de reconstrucción y transformación económica que necesita la sociedad.

Porque sólo la implicación de todos impulsará el espíritu emprendedor y el ambiente inversor y creativo que permita desarrollar los proyectos innovadores que impulsen ese cambio que se necesita y que las instituciones europeas reclaman.