Editorial | Ocurrencias legales con consecuencias

El Gobierno de Pedro Sánchez se ha puesto a mover las patas del andamio que sostiene el sistema legal de España generando un buen número de conflictos. Probablemente hay medidas justificadas. Pero la dinámica de aplicar todo tipo de ocurrencias sin escuchar a los expertos como, por otra parte, prevé el engranaje democrático, desemboca en desequilibrios notables. Uno de los más llamativos es la rebaja de condenas por abusos sexuales derivada de la ley denominada popularmente como ‘sólo sí es sí’. Una aberración cuando se está pidiendo que se contemplen penas más rotundas ejemplarizantes y con verdaderos efectos frente a los conflictos en auge de ataques en materia de libertad sexual. También se está rebajando las penas en asuntos como la malversación, cuando tanto se había predicado contra la corrupción. O dejando indefenso al Estado frente a los ataques en planteamientos de sedición. Todo esto es peligroso. Derivado de ministros que no deberían serlo. Y de reajustes legales pensando en casos concretos y no en el bien común. Culpar ahora a los jueces es lo fácil. Y demagógico. Tienen que aplicar la ley. El problema es el que la crea.

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