Diario de León

Alfonso García

Sobre aceras y pasos de cebra

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Buena parte del barrio de San Mamés, con permiso de las autoridades competentes en materia de límites y precisiones, lo marcan las avenidas paralelas de Nocedo y la que da nombre al barrio. Bueno, lo de paralelas es un decir, pues sobre todo la última es un buen ejemplo de retorcimiento urbanístico, diseñado en épocas de desarrollismo y, como consecuencia, de calles estrechas, frías y estéticamente haciendo honor al feísmo. Como el tiempo, además, marca otras pautas, hablamos de un barrio envejecido y sin especiales algarabías, ni cohetes por tanto.

Nada diré hoy de otros asuntos que merecerían al menos una breve reflexión, si no es de dos que se apuntan en el encabezamiento. Aceras y pasos de cebra, sobre los que más que nada a uno le atenaza la curiosidad, ni siquiera la protesta o la engañifa, que el asunto viene de lejos y tiende, al parecer, a perpetuarse.

Frente al número 77 de la Avenida San Mamés la acera pierda el trazo de su línea para ensancharse breve pero notablemente. A mi juicio, aunque desconozca otras posibles razones, se convierte en dificultad para la circulación, dada, además, la consabida estrechez, acentuada durante los últimos meses por una caseta de obra. En algunos casos obliga a vehículos de envergadura a mucha precaución, que no llega a la maniobra, es verdad, y a veces en peligro cuando algún desalmado —muy pocos, es verdad también— piensa que la calle forma parte de su circuito imaginario. En definitiva, por más vueltas que doy al asunto sigo sin entender este islote en el trazado.

No se explican muchos ciudadanos tampoco los abundantísimos pasos de cebra dibujados en la avenida de Nocedo. Quizá tengan su razón de ser, pero es posible que resten fluidez al tráfico y aceleren el corazón de los conductores. Verán. En general, sin apuntar con precisión la cantidad, un paso de peatones, al que sigue un tramo de unos cuarenta pasos. Después, dos pasos de cebra consecutivos separados entre sí por ocho o diez pasos, prácticamente unidos por tanto. La secuencia se repite casi, o no tan casi, con precisión matemática.

Es fácil que el asunto sea puramente anecdótico. En cualquier caso, quede aquí para la consideración. O la curiosidad. Que doctores tendrá la sagrada asamblea municipal, que, según lo que parece, anda más preocupada por tirarse los trastos a la cabeza que de otra cosa. Y más en estos tiempos de votos disputados.

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