Diario de León

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Son semanas de caos interno. De sensaciones de desmoronamiento. Jamás se había visto algo así en esta legislatura. Y la responsabilidad de Pedro Sánchez en la continua erosión por la que transita el Gobierno es total. Arden los diputados cuando se cruzan llamadas telefónicas, y más todavía las estructuras locales, provinciales y autonómicas del PSOE. «Estamos sobrepasados», reconoce un alto cargo. Algunos aseguran ver ya enormes semejanzas con lo que se vivió en la etapa final de José Luis Rodríguez Zapatero.

El nivel de hartazgo con la autoconfianza desplegada desde La Moncloa y las plantas nobles de Ferraz se transmite por toda la organización. «Los márgenes de actuación cada vez son menores», advierten los cuadros del partido. «Y en las alturas parecen estar en una burbuja mientras todo se derrumba», oigo comentar en referencia al clima que se palpa en las sedes, cada vez más irrespirable. Lo de Tito Berni ha sido el penúltimo escándalo. Las costuras han saltado por los aires. Hasta las relaciones personales en el Grupo de Socialista en el Congreso han quedado dañadas.

La «caza de brujas» emprendida por la propia dirección parlamentaria ha llevado a que paguen justos por pecadores. Han tirado piedras contra su propio tejado. La alarma suscitada por el caso se podía haber gestionado mejor. En la bancada reina el desconcierto. No cabe duda de lo contraproducente que resultó la reacción airada de Patxi López ante los medios de comunicación. Incluso a alguna esposa se le desvanecieron las dudas y ha llegado a amenazar con el divorcio ante la sospecha de que su pareja podía haber acompañado a Juan Bernardo Fuentes en sus andanzas nocturnas. No paran aquí, en cualquier caso, los despropósitos. Eso sí: nadie asume errores.

Y es que, más adelante, ¿qué puede ocurrir? El miedo a lo que esté “por llegar» tiene en vela a los cargos del PSOE. En los territorios, distintos barones se reconocen impactados porque «el asunto promete seguir dando muchos dolores de cabeza». Quienes se reconocen abochornados no quieren medias tintas: «Si la pregunta es si nuestra imagen ha quedado irremediablemente dañada por una estrategia incomprensible, la respuesta es sí». Y es que en la misma calle Ferraz muchos creen que «esto en ningún caso ha acabado aquí».

Va a ser una partida muy larga para el socialismo. Y no precisamente un camino de rosas. El calendario consume sus hojas y las elecciones del 28-M están cada vez más cerca, con Sánchez metido hasta el cuello en el barrizal.

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