Que elijan ellos
El PP no ganó las elecciones en León y el PSOE sí las perdió, las perdió como en casi toda España, pero la diferencia es que aquí tiene unas connotaciones distintas a las del resto del país. Porque aquí ganó el leonesismo y lo hizo a pesar de Pedro Sánchez y contra la estrategia del PP de convertir las elecciones en el primer peldaño para auparse al gobierno. Ahora, la UPL tiene la capacidad de decidir su futuro y, con él, el de la provincia, que es donde de verdad se dispone el porvenir de todos. De nada nos vale tener si carecemos de la capacidad de resolver hacia dónde queremos ir. Porque el problema no está en el dinero, ni siquiera en el lugar en el que están las instituciones, el centro del poder o cualquiera de las cosas de las que siempre hablamos al hablar de Valladolid o Madrid.
Lo importante es lograr que los políticos a los que votamos nos representen y para ello la capacidad de que medren tiene que estar en nuestras manos, no en las de quien gestiona el pesebre de cada diputado, presidente de diputación o alcaldable, ya esté en Ferraz, Génova o la calle Santiago.
Que nuestras manos muevan los guiñoles, que el territorio es mucho más que el lugar en el que instalar empresas o industrias que, con la actual economía, pueden ser desmanteladas en 24 horas.
Por eso, todo esto no va de que el leonesismo mire a izquierda o derecha sino que centre su visión en la gestión del distrito que aún habitamos. Acaba de desaparecer un partido que hizo de la eliminación de las diputaciones provinciales su razón de ser. La UPL debe ser el partido que la recupere para los leoneses, no para los aparatos que deciden si Morán le birlará en esta ocasión el Consejo a Courel o si al final será Margarita —¡qué manera de perder!— quien se quede con la Alcaldía. Hay todo el tiempo del mundo para perderlo, para dejar que pase, que como le dijo la reina a Alicia, un país en el que se corre para llegar a otra parte es uno bastante lento. Debemos dejar que sean las circunstancias de los demás las que se desplacen.