Editorial | La herida abierta que afea la Catedral

La fachada de la Catedral de León recibe cada año a las decenas de miles de visitantes con una situación de precariedad que se extiende desde hace demasiado tiempo. En el verano de 2009 fueron retiradas las 23 imágenes de gran tamaño talladas en piedra para protegerlas en el interior del Claustro. Desde entonces, se suceden los debates y los cruces de reproches sin que llegue una solución que, en principio, pasaría por la instalación de unas réplicas, como ya se hizo en su día con la Virgen Blanca. Pero a la Catedral le ha tocado sufrir lo peor que puede ocurrir en materia de patrimonio. La inacción y la pugna estéril, que seguramente se reproducirá en los próximos días, sin que lleguen soluciones claras y concretas por parte de los responsables. Ojalá no pase en esta ocasión lo que suele marcar el guion en estos episodios, que se apueste por un enfriamiento paulatino a la espera de que el olvido ‘aparque’ la polémica.