Diario de León

Creado:

Actualizado:

Me sorprende la cantidad de personas que veo cada día perfectamente integrada en el ambiente, cualquiera que éste sea. Parece que encajan a la perfección con lo que ocurre a cada momento. No se les mueve un pelo y siempre que me topo con alguna de ellas me planteo si soy yo la única que no encaja en todos los sitios. Veo caras imperturbables, movimientos seguros, hasta gestos que parecen felices, también gente que no muestra nada y ni siquiera se molesta en saludar en el ascensor. Somos poco dados a mostrarnos o sólo a mostrar lo bonito. Quizás la autoexigencia sumada a la exigencia general de que todo tiene que estar bien tiene algo que ver en ese absurdo muro que nos hemos construido. Todo parece mucho más bonito de lo que es.

Tras ese muro se esconde mucha tristeza y unos cuantos de esos males que acechan a la sociedad: soledad, inconformismo, ansiedad... La enfermedad mental ha dejado de ser algo puntual para convertirse en algo mucho más habitual de lo que nos gustaría. Hay mucho malestar no expresado y, lo que es peor, no acompañado.

Mucha fachada, a veces toda, tras la que se esconde un solar en el que no crece apenas nada que se pueda aprovechar. No lo parece, pero eso da igual porque lo importante es lo que es.

Convivimos con enfermedades como la depresión, a la que no se le da la importancia que necesita para que deje de extenderse. Vemos a alguien que se ha tomado su tiempo en arreglarse, que no muestra para nada un deterioro físico por ningún lado, al que parece que todo le va bien y la vida le sonríe e incluso que habla con lo que parece que es cierta alegría y entusiasmo pero que esconde en su interior algo que nos debería poner en alerta. Personas incomprendidas, que sufren en silencio, que lo pasan mal pero que no lo cuentan. Gente normal y corriente que tiene una vida que encaja en lo que toca ahora mismo pero que tiene una existencia miserable. Seguramente no sabría decir por qué, o sí, pero lo que importa es que no sabe cómo salir del pozo, bien porque ni ella misma le da la importancia que tiene porque mira a su alrededor y a ella también todo le parece más o menos normal. Todo lo demás.

La enfermedad mental está ahí mismo, al su lado posiblemente, pero hay que limpiar bien los cristales de nuestras gafas de ver la vida para detectarla.

tracking