Edificio Cristalerías Rodríguez

León, julio de 1968. Ramón Cañas Represa firma con su padre Ramón Cañas del Río este edificio para Fernando Rodríguez Pandiella, conocido empresario de la cristalería, en un solar de la Avda. Padre Isla, cuyas obras dirigieron con Mariano González Flórez como aparejador. Problemas con la licencia municipal forzaron la modificación del proyecto inicial para ajustarse a la edificabilidad permitida. Concibieron la estructura portante con soportes de acero y forjados de hormigón. Un sótano para aparcamientos y servicios generales del inmueble. La planta baja para locales comerciales, la rampa del garaje a la derecha y dos modernos portales decorados en su estilo, las circulaciones principal y de servicio segregadas, con sus ascensores, escalera y montacargas para subir a 41 pisos de lujo en siete plantas a fachada, otras cinco retranqueadas y un dúplex en lo más alto. Proyectaron todas las viviendas exteriores en torno a cuatro pequeños patios cerrados y otro abierto a la calle no contemplado inicialmente, ajardinado en los niveles primero y segundo. Dispusieron la fachada en voladizo, con frondosa marquesina ante un “muro cortina” cerrando las oficinas. El cuerpo de viviendas estructurado por los cantos de los forjados y los antepechos chapados de granito pulido gris también presente en las barandillas de las oportunas terrazas, conformadas por bandas de vidrio y anchos pasamanos de aluminio que se prolongan sobre los vanos abiertos entre paños de granito rojizo levemente retraídos… Sin duda los Cañas sabían que trabajaban para un cliente de alta capacidad económica interesado en el efecto propagandístico de su edificio. Y levantaron un inmueble audaz y novedoso, alterando la consabida relación interior-exterior, dejando de lado la idea de ventana y diluyendo el tradicional concepto de muro, que casi desaparece entre livianos lienzos, opacos y vidriados, realzando el carácter cristalino de esta luminosa fachada, que provoca brillos y destellos entre tenues sombras y delicadas transparencias… Tal vez aquellas que C. Rowe y R. Slowsky apreciaron en algunas obras del Movimiento Moderno…