Mi perro en el Cielo

Hoy, cuando san Antón levanta el hisopo para duchar en bendito a los animales, creo que si existe un Cielo para ellos, como apuntaba Juan Pablo II (ahora lo sabrá mejor siendo santo), no cabe duda de que un perro que tuve llamado  Silván  (nombre que heredó de otros dos anteriores) goza en estos momentos de los divinos candelorios. Era un carea con trazas de  gos d’atura  pirenaico o de  cane di pastore bergamasco , más lanudo él que un borrego  suffolk , algo receloso y cuitado al principio por venir de perrera de abandonados. Gustaba de comer restos de carnicería en crudo; jamás conoció pienso ni latas ni gaitas ni más pinchazo que vacuna obligatoria. Murió de bien viejo y sin querer que me diera cuenta, yéndose él solo y callado a su destino. Derramado en lealtad y gratitud se mostraba, festivo y alocado a veces, un tarambana en chapoteos si venía al río conmigo. Y de la misma forma que las vacas le tentaban a correrlas buscándoles mordisquito en los cadriles, las gallinas le daban pánico, las enardecía y le perseguían, saliendo él por patas para vergüenza mía cuando lo hacía en algún pueblo dando de reír a los lugareños, como aquella vez en Burbia cuando buscábamos localizaciones para la película «El filandón»... ¡gallinas persiguiendo a un perro!, ¿cuándo se vio?... Pero como perro sin correa pedía alguna vez escapada larga y en una ocasión se piró desde Villarrodrigo de las Regueras a un concierto de música celta en el Hispánico donde alguien lo reconoció dándome el aviso. Cuando le vi allí tan pancho y feliz me abortó la riña tras hacerme la crítica del espectáculo con dos ladridos eufóricos.

Pero igual que existe un Cielo para bichos ha de existir un Infierno; ¿cuántos de ellos no se lo merecen?... y los que estén en ese Cielo, ¿seguirán en el mandato divino de devorarse entre ellos o vivirán en una tregua angelical?... ¿acaso no tuvieron que hacerlo en el Arca de Noé desapareciendo así algunas especies?... porque eso quedó bien claro al bajar de ella un gordísimo león diciendo «como crucero, una mierda, pero el buffet no estaba mal».