Edificio Municipal Ordoño II

En junio de 1971, Julio Galán Gómez firmó este inmueble para Sede Social de la añorada Caja de Ahorros y Monte de Piedad de León, cuyas obras dirigió con Antonio Miguélez García y Juan Martínez Guisasola como aparejadores, en un solar de Ordoño II c/v a Alfonso V, anteriormente ocupado por el memorable ‘Chalet de Alfageme’ levantado por Federico de Ugalde hacia 1914. El edificio ya sufrió una modificación en obra y otras tres reformas en los años ochenta para adaptarle a nuevos usos y necesidades del negocio bancario. Adquirido por el Ayuntamiento en 1996, hoy se destina a oficinas municipales. Galán concibió el edificio con estructura metálica y dos sótanos para instalaciones, gran Salón de Actos y Salas de Exposiciones. Proyectó la planta baja con servicio de Autocaja, los accesos generales por la esquina, vestíbulo de doble puerta y gran Hall, en origen con bajada al sótano y escaleras mecánicas a la planta principal además de dos núcleos de enlaces verticales para acceder a los niveles superiores donde encajó el programa bancario entre una extraordinaria colección de vidrieras. Dispuso las fachadas en dos órdenes, «con la dignidad natural del edificio que nos ocupa». Resolvió la esquina maclando volúmenes y protegió con generosa marquesina los finos paramentos verticales revestidos con granito labrador oscuro entre los grandes ventanales de las plantas baja y primera, separados por una faja horizontal de otro granito gris perla decorada con un insólito relieve escultórico forjado, como las puertas principales, por el gran Alonso Coomonte. Estructuró el cuerpo superior con las líneas de los forjados chapadas del mismo granito oscuro alternando con franjas de huecos verticales, carpintería de acero inoxidable, montantes practicables, dinteles y antepechos de lamas entre maineles de granito gris. Y en los extremos, machones pétreos completando una composición rematada por el peto de la azotea… Todo muy ‘setentero’, con vocación de modernidad, especial atención al brillo de los materiales y un lenguaje innovador, sobrio y ordenado, enriquecido con la integración de las artes que, sin duda, potencian la imagen corporativa o institucional… y el carácter singular del inmueble.