Y dale con la despoblación

No puedo evitarlo. El tema de la despoblación me puede. Me recorre un algo de arriba a abajo cada vez que llega a mis oídos la palabra que saca mi lado más sombrío. Es una mezcla de enfado y de ataque risa. Por un lado, me indigna todo lo que se habla de despoblación, que va en la misma proporción que la desidia de las autoridades competentes. Y, por el mismo motivo, me hace gracia el asunto porque es como si los responsables de hacer algo al respecto quisieran dar la imagen de que les preocupa el asunto, aunque yo tengo la sensación de que se lo pasan por el arco del triunfo.

Dice Funcas en su último informe que León está entre las provincias españolas que han perdido más población, tienen menos densidad de habitantes por kilómetro cuadrado, una población más envejecida y una destrucción de empleo muy fuerte. Ya. Evidente. Es una realidad que ya huele a rancio. Lo sabemos desde siempre y por mucha palabrería y cientos de promesas que hemos escuchado en los últimos años poco o nada ha cambiado.

Es curioso. La mayoría de la gente tiene claros los motivos de esto que nos ocurre a los leoneses. Podemos resumirlo así: aquí no hay trabajo y la gente se va a buscarlo a otro sitio. Se entiende, ¿no?.

Se puede dar una vuelta por la provincia para darse cuenta de que los pueblos cada vez tienen menos gente. Son lugares acogedores, que suelen recibir con los brazos abiertos a quien quiera habitarlos, pero la cosa no tira. Quizás es porque allí el medio de vida es prácticamente inexistente a no ser que lo tuyo sea el campo y en ese caso tampoco lo tienes fácil. No hay buenas comunicaciones y la tecnología brilla por su ausencia en muchos casos. Eso a grandes rasgos y hablando de la provincia. Pero es que en la ciudad la cosa no es mucho mejor. Y, sí, es verdad que ahora estamos viviendo una nueva crisis de consecuencias prácticamente desconocidas, pero es que en los años en los que la economía era boyante el panorama no era muy diferente.

Cierto es que siempre hay muy buenas palabras por parte de todos, pero también lo es que la despoblación se ha convertido en un baza política para hacer que muchos escuchen, aunque luego no se haga nada.