Diario de León

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La Corona es una pieza clave del armazón constitucional que nos hemos dado entre todos los españoles. Una institución imprescindible para el desarrollo democrático. Las tentativas de erosionar la monarquía parlamentaria hacen resentirse el mismo sistema y un buen número de valores que emanan de la Constitución. Por supuesto, no compartirá esta opinión Pablo Iglesias, tan ocupado en erosionar la figura de Felipe VI. Es coherente con lo que piensa, porque su obsesión es liquidar eso que él llama despectivamente «el régimen del 78».

De ahí que el vicepresidente tenga en mente aprovechar la conmemoración del nonagésimo aniversario de la República, el próximo 14 de abril, para agitar de nuevo el debate sobre el modelo de Estado. Su aspiración sería ensalzar desde el Congreso de los Diputados las bondades que a su juicio trajo la Segunda República.

El reciente acto en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso con motivo de la efeméride del fallido golpe de Estado del 23-F ha hecho soñar al líder de Podemos con la idea de montar, junto a toda la panoplia de fuerzas nacionalistas y separatistas, un evento reivindicativo de la República usando la sede de la soberanía nacional como gran altavoz.

A nadie se le escapa la carga simbólica de una acción de esas características, si llega a producirse, promovida por los «costaleros» de legislatura de Pedro Sánchez. Sería una foto inédita. Y seguramente un grave paso para un miembro del Gobierno. Aunque, ya se sabe, la sangre no llegaría al río, porque desalojar a los morados del Consejo de Ministros no entra en los cálculos del presidente.

De momento, en La Moncloa asumen resignados el nuevo boquete, «difícil de taponar», que van a crearle sus socios. La pata socialista de la coalición gubernamental prefiere insistir en que proyectarán cuantas veces sea necesario una imagen de «estabilidad» entre las instituciones y con el presidente, sin fisuras, junto al Rey. Según la sala de máquinas de La Moncloa, Sánchez sólo quiere que se vean muestras de su «gran relación» con Felipe VI.

Curiosa relación: tras tanta «filtración» desde las proximidades monclovitas para colocar al Rey padre, Don Juan Carlos, en la diana pública, niegan otro propósito que no sea levantar un cortafuegos alrededor del actual jefe del Estado. Es una forma, llamémosle «arriesgada», de salvaguardar la Monarquía que andan empeñados en «renovar». A mí me parece más bien un «tirar la piedra y esconder la mano» que pone constantemente a Don Felipe en el centro del huracán.

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