Diario de León

Creado:

Actualizado:

Allí donde el Pisuerga se junta con el Duero, a doce kilómetros de Valladolid, alguien ha visto un enorme reptil en medio de las aguas. Y las alarmas se han disparado porque, según algunos expertos -otros discrepan- las huellas y los nidos encontrados a la altura de Simancas revelan que podría tratarse de un cocodrilo del Nilo de hasta tres metros de longitud y un montón de kilos de peso.

Un depredador que le puede hincar el diente a cualquiera, vaya.

Y no hay nada más fuera de lugar que un cocodrilo del Nilo de mandíbula prominente en las aguas frías del Duero. Pocas cosas tan improbables, que no imposibles, como un animal tropical incapaz de sobrevivir en un ambiente tan adverso.

A estas horas, mientras escribo estas líneas, todavía lo buscan con drones, cebos y cámaras, por si acaso fuera un caimán, menos temible, pero también peligroso. Un reptil que podría adaptarse a la baja temperatura del agua en estado de semihibernación.

Como nuestra economía. Como nuestra vida social.

Cabe la posibilidad, dicen otros expertos, de que solo se trate de una nutria autóctona. Nada de lo que preocuparse.

Y sea lo que sea, cocodrilo, nutria o caimán, lo que han visto en la desembocadura del Pisuerga, no se me ocurre una imagen que refleje mejor nuestro desconcierto. Nuestra perplejidad después de tres meses de confinamiento y desescalada. Y nuestra necesidad de adaptarnos a eso que ahora llaman nueva normalidad. Distanciamiento físico (a mucha gente no le gusta la expresión distancia social porque esa es la que separa a los ricos de los pobres) mientras no haya una vacuna y un tratamiento contra el Covid-19 que nos permita recuperar viejos hábitos y perder el miedo a los brotes de la enfermedad.

A nadie le extraña, en cualquier caso, que un cocodrilo del Nilo, un animal exótico liberado por alguien que lo habría tenido como mascota, pueda terminar en Simancas. Llevamos demasiadas décadas alterando los ecosistemas, hasta el punto de provocar un cambio climático y el salto de virus animales entre nosotros, como para que eso nos parezca imposible.

Porque con la naturaleza, qué desgraciados, nos hemos portado como un elefante en una cacharrería, aunque lo del Pisuerga termine siendo solo una nutria.

tracking