Limpieza y renovación en UPL
En estos días en que UPL quiere hacer un congreso donde volver a renacer, como afiliado a este partido no puedo sino mostrar mi crítica sobre bastantes hechos que están sucediendo y salpican a la vida pública de este mi partido y que están causando daños irreparables a su imagen, fruto de una suma de malas decisiones y gestiones de la actual directiva. El único motivo por el que UPL pacta con el PSOE para gobernar en el ayuntamiento de León respondía a una serie de puntos que servirían para iniciar el camino hacia la autonomía donde incluso se hablaba de crear una mesa para estudiar legalmente cómo realizarlo. De ellos, al día de hoy, no se ha avanzado ni un milímetro. Por no decir que se ha retrocedido. Salvo la honrosa excepción del concejal Abel Pardo, en el ayuntamiento de León no se ha llevado a cabo ni una sola iniciativa leonesista por el resto de UPL: Javier Chamorro o Gema Cabezas. La Fundación Real se ha quedado en un ilusionante proyecto carente de actividades reales que respondan a un verdadero homenaje al Reino de León o actividades que difundan nuestra identidad. Todo se resume en conciertos, charlas de escritores y muy poco más. Incluso es la Diputación o Junta quienes firman acuerdos con fundaciones dirigidas por vallisoletanos como Fundación Siglo. Necesitaremos otro siglo para recuperar todo el tiempo perdido. La gestión pública no es de lo mejor precisamente: los jardines de León están lamentables, nunca estuvieron peor. Gersul convoca varias huelgas y por ahora sin demasiada solución. El trabajo de la concejalía de promoción industrial es o inexistente o desconocido. El cargo de vicealcalde todavía no se sabe para qué vale. Ni siquiera se ha sabido transmitir una imagen de capacidad de gestión independiente y leonesista, solo de seguidismo al PSOE apoyando gestos y campañas tan descaradamente pro socialistas como "¡vamos león!". En imagen pública no se puede caer más bajo. Columnas de opinión donde nuestro presidente Javier Chamorro dice "que os den" a todas las personas que no están de acuerdo con su gestión, justificación del uso de la bandera franquista bajo criterios muy discutibles, expulsión de militantes sin acusación alguna o indicios de ello y menos aún de haber ido en contra del partido, cruces de acusaciones sobre falsedad documental en un momento electoral interno y su repercusión mediática, filtraciones a prensa desde la directiva de la vida interna del partido, ruedas de prensa cargando contra un compañero de partido mientras éste está en un tanatorio enterrando a su padre, rechazo a las decisiones de un Tribunal Constitucional sobre la ilegal expulsión del grupo político de otro compañero… y así una larguísima lista de gestos y formas que destrozan la imagen de UPL y por extensión del leonesismo. Internamente las cosas no se han podido hacer peor: los estatutos no garantizan democracia interna sino que refuerzan cargos y delegan poderes en órganos colegiados, cuando no da poder absoluto a secretario y presidencia. Todo se queda supervisado a la directiva y sus decisiones, incluso las juventudes que se quieren crear de nuevo cuño cuando ya existen. Controlar y dominar el partido es la tónica ¿Y qué decir del comité local de León del que yo soy miembro? ¿Existe? ¿Se nos llama? Quien firma fue la única persona en el ahora llamado Consejo Central que votó en blanco a estos estatutos por considerar que es un gigantesco paso atrás en muchos aspectos. Ningún leonesista con un mínimo de ética ideológica puede aplaudir el camino por el que nos han llevado a todos los militantes la actual directiva y por la que, según parece, pretenden seguir haciendo. No se abren caminos democráticos, se cierran, y el votante leonesista lo rechaza. Ya no lo digo yo sino las pocas encuestas que van apareciendo: perderemos los representantes en Cortes, el de Diputación y en muchos municipios. Y en el ayuntamiento de León UPL será un recuerdo. HÉCTOR VILLAZALA ALONSO AFILIADO A UPL Nº 2493