GRACIAS EL EQUIPO MEDICO Sector del Trasplante Infantil

Cuando las cosas van mal reclamamos e injuriamos, nos enfadados con medio mundo y lo peor es que no sabemos a quién acudir. Cunde más en nuestra vida - pienso que en la gran mayoría de nuestros compatriotas- el pesimismo y la "mala suerte" y es por eso que cuando viene una "torcida" temblamos y nos derrumbamos esperando la ayuda de otros o, si tenemos fe, la ayuda de Dios. Esta última fue a la que nos agarramos cuando supimos que nuestra nieta Amanda tenía un grave problema de salud, hace unos años, después de venir del colegio vomitando sangre y llevada al hospital – en Cruces, Bizkaia- le diagnosticaron una enfermedad grave denominada "insuficiencia inmunológica hepática". La niña tenía que ponerse en listas de espera para un trasplante de hígado y así fue como después de tanto tiempo, deformándose el cuerpo por el efecto de la cortisona hormona esteroide que va hinchando su cuerpo hasta deformarlo, los padres recibieron una llamada del Hospital de la Paz, en Madrid, para trasladarla de urgencia para una intervención, ya que tenían un hígado dispuesto para ser trasplantado. Los médicos tras 14 horas de trabajo salieron exhaustos y pesimistas, ya que el hígado trasplantado estaba bien pero el sistema arterial daba problemas, lo cual deberían realizar otro trasplante cuanto antes. Una semana en vilo estuvimos toda la familia, pensando en lo peor, pero gracias a Dios salió otro hígado y esta vez la larga operación salió bien. La niña todavía sigue en Madrid, va recuperando y dando pasitos por los pasillos, estamos felices por esto…pero nuestra felicidad no es completa sin poder agradecer a los doctores y enfermeras os que intervinieron en esta delicadísima, complicada y maravillosa operación. Gracias al donante, gracias a la Asistenta Social del Hospital que con esmero cuidó del alojamiento de la madre de nuestra nieta. Aquí es cuando ves que los seres humanos son dignos de admiración. Seres humanos que dedicaron su vida en estudiar, en sacar una carrera enfocada al servicio de los demás. Desconocemos sus nombres, pero los del Hospital de la Paz bien, en el sector de trasplantes infantiles, bien lo saben. Desde este rinconcito alzo mi voz y mis brazos abiertos para agradecerles su trabajo.