Batalla campal en el Heliodoro Rodríguez López

Asisto por primera vez al estadio Rodríguez López para ver el partido de fútbol entre el C.D. Tenerife y la Ponferradina, y tras presenciar un espectáculo lamentable y soporífero desde el punto de vista futbolístico (especialmente por parte del Tete), me encuentro con la desagradable sorpresa de presenciar otro mucho peor al finalizar el partido, dentro y fuera del estadio. Unos amigos de Ponferrada me regalan una entrada y me siento en medio de la afición de la Ponferradina, aplaudiendo las pocas llegadas del Tenerife y enfadándome con el árbitro cuando cometía un sangrante error. En ningún momento un solo aficionado de la Ponferradina se metió conmigo, increpándome o insultándome. Su comportamiento fue siempre ejemplar y durante dos horas estuvieron entonando cánticos y animando a su equipo sin insultar al equipo rival. Es más, me sorprendió mucho que cuando apenas quedaban 20 minutos y su equipo ganaba por 0-2, seguían temiendo que el Tenerife pudiera remontar porque “es un gran equipo”. En el minuto 85 abandono el estadio y decido esperar a mis amigos en la puerta 1 y desde allí presencié toda la movida. Aficionados del Ponferradina empezaban a abandonar el estadio y desde la calle, los mal llamados aficionados del Tenerife, los llamaban hijos de puta y les decían que los iban a linchar. Poco a poco se fueron acumulando más y más y yo me alejé de la entrada. Mientras, la policía obligaba a los aficionados de la Ponferradina a permanecer en las gradas, donde se desarrollaba una auténtica batalla campal. Energúmenos barriobajeros que dicen ser aficionados del Tete y que no son más que gamberros cuya única neurona la usan para delinquir y cobrar la no contributiva cada principio de mes, empezaron a tirar piedras y botellas contra la afición de la Ponferradina, que intentaba protegerse de la brutal agresión refugiándose en las gradas más altas. A uno de mis amigos le llegó una botella al brazo; una madre protegía a sus dos hijos de corta edad mientras no dejaba de llorar y otra mujer gritaba por el teléfono a su madre que les estaban agrediendo ante la pasividad policial. Repito que yo esto no lo presencié, pero así me lo contaron mis amigos. Mientras, en la calle, la policía sale del interior del estadio y tras una tímida carga, logra dispersar a los energúmenos, quienes comienzan a insultar a los policías y a amenazarles con que si no tuvieran el uniforme los inflarían a hostias. Mientras, los más valientes, prometían que el árbitro no saldría con vida del estadio. De repente, veo correr a la hija del presidente de la Ponferradina, presionando la brecha que le habían hecho en la cabeza y de la que manaba abundante sangre, acompañada por un agente de seguridad. Les puedo asegurar que en mi vida había visto una cara tan aterrorizada como la de la joven y, lamentablemente, creo que esta experiencia no la va a olvidar. Confío en que una institución como la del C.D. Tenerife, subvencionada por las Administraciones públicas, ponga a disposición de las autoridades judiciales las imágenes de tan lamentable espectáculo y que tras detener a los culpables, se les impida el acceso a cualquier estadio. Confío, también, en que el presidente del C.D. Tenerife pida disculpas públicamente y se desmarque rotundamente de esta panda de gamberros a los que no quiero volver a definir. Confío, finalmente, en que las susodichas imágenes también las envíen a “nuestra maravillosa Televisión Canaria” para que las puedan emitir, y que no vuelva a ocurrir que en el informativo de las 20:30 no hagan ni una sola mención a lo sucedido. Un aficionado con suerte. TOMÁS JORGE PÉREZ C/ SanVicente nº2, vivienda 4 38410 Los Realejos, Tenerife Teléfonos: 922 342 553 y 696 923 114 DNI: 52.824.637 P email: tojorper@hotmail.com