Nunca ha habido mejores políticos

Respetable profeta de la información. Nos dirigimos a usted desde el humilde salón de nuestra casa, desde la no menos humilde intención de hacer llegar nuestra subjetiva visión del contexto social en el que nos hallamos. Somos dos jóvenes estudiantes de la ciudad de León, de diferentes ciudades pero no por ello con diferentes vidas. El principal motivo por el que enviamos este escrito es el de expresar aquello que nos inquieta en nuestro día a día. No es un motivo en particular, es un gran motivo que engloba demasiadas cosas todas ellas relacionadas y actualmente causa de desánimo entre nuestros iguales. En cierto modo el hecho de escribir esta carta es una forma de política, sino la más pura, ya que política significa, como parece haberse olvidado, el modo que tiene una persona de dirigir sus asuntos. Y bien, ¿no es esto lo que los políticos actuales llevan a cabo? La respuesta seria: sin duda alguna, olvidándose que en ellos se ha depositado la confianza de los electores, que suponían elegir representantes con intereses afines. Esta confianza está siendo peor administrada aún que la propia economía. La misma política supone un gasto muy superior a los beneficios que produce, haciendo sacrificar intereses comunes, que debieran estar garantizados y que creíamos ya inalienables, como la sanidad o la educación, antes de sacrificar los suyos propios. Por lo tanto, tras esta breve reflexión, llegamos a la conclusión de que nunca ha habido mejores políticos. -Alberto Díez Sánchez. Rubén Fernández Arteaga.