Diario de León

Juan López del Moral: Una Flor crecida entre la basura política

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Dicen que lo tenías todo preparado, conociéndote ... yo también lo creo. Preparaste hasta su último WhatsApp, ése que aún no he contestado (no es la primera vez que te mosqueas por este tema) pero prometo hacer. En él me pones: “El 14 de Septiembre a las 5 de la mañana se acabó mi tiempo. Gracias por haberlo compartido conmigo”. Se acabó volver a tu buhardilla forrada de madera para ver qué foto de cartel elegimos para la Biosfera Trail, no volveremos a discutir a qué hora ponemos en el programa el Duatlón, tampoco tendrás que volver a convencerme (como que hiciera falta) de que de una charla u organice lo que sea en nuestro Ciñera. No me jodas Juan, tú no eres quien para dar las gracias. A mi sí se me ocurren trescientas o cuatrocientas razones para dártelas. No acabaría nunca. Si fuese minero te diría que no conozco a ningún político que, sinobedecer a dictados ni económicos ni partidistas, teniendo delante a los antidisturbios, entre disparos y humo, se ponga en primera línea para defender mi pan, mi zona. Tú te llevaste el pelotazo merecido por los que nunca pidieron jaula, por los que nunca han salido del despacho. Si (como es el caso) yo fuese de Ciñera, te diría que tampoco conozco a ningún político que pidiendo prestada una silla de ruedas, sin fuerzas ni movilidad en sus piernas; sin voz por el exceso de morfina en su cuerpo, se siente en el despacho de dirección de una empresa que le debe dinero a mi pueblo amenazando con no irse de allí hasta lograr saldar la deuda. Si como tú, hubiese corrido de guaje por el Faedo (que también) te tendría que agradecer dar los pasos necesarios para que nuestro Faedo fuese elegido algo que sólo sabíamos nosotros, que es el mejor bosque de España, a sabiendas de la riqueza turística que esto dejaría en el pueblo a largo plazo. Has hecho desaparecer de mi diccionario el horrendo término creado hace un siglo por Gaetano Moscas “clase política”. Yo ya no creo en las “minorías dominantes”. Con tu ejemplo he aprendido que ser político, no es tener despacho. Basta con una buhardilla de madera al servicio del pueblo. Basta con una cámara de fotos que exponga las bellezas en las que crees, en las que naciste, en las que vas a descansar. Me encanta haberte conocido Juanillo. Al margen de mi pena, perenne e infinita, ya puedo decir que he conocido a un político. Hasta siempre amigo. Ni se te ocurra volver a darme las gracias.

tracking