Diario de León

¿Dónde estabas entonces, cuando tanto te necesité?...

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León

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¿Dónde estabas entonces, cuando tanto te necesité?... Es uno de los fragmentos más coreados del pop-rock español, pero puede ser perfectamente el contraeslogan de cualquier pueblo del norte de la provincia en las próximas elecciones, que dicho sea de paso, están ahí, de eso sí que tenemos plena constancia. Y a estas alturas de la vida, y a juzgar por lo que nos cuestan, una se pregunta dónde están los avances de la técnica, si cuando se producen situaciones un poco más adversas que de costumbre, los medios no están ni preparados ni disponibles, y el abandono es total. Sin duda es la nevada del siglo… (¡XXI!) Lejos de programar con tiempo y con esmero un plan que neutralice cualquier situación difícil debido a las condiciones climatológicas propias de la zona, nuestros dirigentes han empleado todos los recursos que tenemos y los que no tenemos, en infraestructuras innecesarias, que solamente el mantenerlas, desangra a la pocos habitantes que quedan en nuestros pueblos, con recibos, recibos y más recibos, eso sí de aguas que no se depuran y basuras que muchas veces se tienen que aguantar durante demasiados días por las calles. Tasas, tasas, tasas y más tasas por… ¿clorar las aguas? ¿Puntos limpios? Pero… ¿de verdad que todavía les siguen llamando así? Asómense por favor, asómense a cualquiera de cualquier pueblo, en pleno parque nacional o regional, todas las salidas o entradas de los pueblos abarrotadas de escombros y deshechos. Eso sí, ya no se pueden hacer las cuadras en el casco urbano, y cuando nieva arréglatelas como puedas. ¿De qué sirve abarcar proyectos ambiciosos donde no prima el sentido común? Por poner un ejemplo, la zona donde se han asentado tres naves ganaderas en Portilla de la Reina, (construcciones muy muy alejadas del pueblo y muy poco adecuadas para la zona, se han hundido varias de este tipo), llevan ya la segunda tanda de alumbrado con dos tipos de farolas diferentes y después de quince años aún no ha llegado la luz eléctrica. También están perfectamente diseñados y pintados todos los pasos peatonales… debe ser para hacer algún experimento con corderos y terneras… ¿De qué sirve? Si la población, que es la que mantiene la zona y la montaña viva está desatendida cuando más lo necesita. Otra de las cosas que no se entienden es que cuando caen treinta o cuarenta centímetros de nieve, todo son noticias, alertas, titulares de portada, entrevistas, llamadas, España directo… y ahora que la situación está como está y que hace muchos, muchos años que no ocurría nada igual, ahora nadie habla de ello, siguiendo la estrategia de si no se habla del problema entonces no existe. ¿Para qué mantenemos los medios de comunicación nacionales? ¿Para hablar sólo de ellos? Seguramente el miedo a ver y a difundir la escasísima atención que se le está dando a la población les lleve a inundarnos con precampañas, como si no tuviéramos suficiente con las campañas. Y una tiene que leer titulares como que los alcaldes se sienten desbordados e impotentes… ¿Qué se puede hacer en medio de una nevada de semejante alcance si no hay un buen plan diseñado con anterioridad, si cada trozo de carretera lo tiene que abrir una máquina diferente, con órdenes diferentes desde sitios diferentes…? Afortunadamente hay otros que son realmente los que merecen la pena como el de los vecinos de Prioro y Tejerina que a solidaridad no hay quien les gane. Sin teléfono, sin luz y estando incomunicados por carretera, sólo queda confiar en que el temporal remita y en que, (sobre terreño, no sobre el terreno ¡claro!) se pongan de acuerdo las altas esferas en el plan de actuación que ya llega tarde, en quién va primero y dónde. Tristemente, lo que se produce a pequeña escala, es extrapolable a escalas mayores. Todo lo hemos, lo han, vinculado al politiqueo y ya nada funciona como debería; estamos siendo víctimas de nuestra propia burocracia, lejos de mejorar la vida en los pueblos, y de los ciudadanos en general, la está asfixiando. Venga y venga a crear oficinas de atención y a nombrar defensores… ¿Y? La subsistencia, la salud, la educación y la seguridad de un pueblo, no debería nunca estar vinculada a la política. Sería necesario formalizar un pacto de mínimos respetado por todos, llegase quien llegase al poder. Algo sagrado, intocable, para que la población se sintiera realmente valorada, segura y respetada. Y para que no estemos al libre albedrío de los que llegan a gobernarnos de manera fortuita y casual, sin ningún mérito, por su cara o por la de su oponente, vamos… el que nos parece “menos peor”, desde luego todos ellos “de páramo gélido” como muy bien canta Manolo García en su último disco. Y mientras tanto, que no nos entretengan. No se trata de lo que podemos y de lo que ganemos… se trata de lo que no podemos y de lo que perdemos. Los ciudadanos lo tenemos muy claro. Los mandatarios no están al servicio del pueblo, solamente lo utilizan. Cuando haya que repartir la propaganda electoral, o hacerse alguna foto para figurar, ya estará todo despejado, y sólo entonces se acordarán de que queda algún voto por los pueblos, porque es lo único que tienen en su mente. Y volverán de nuevo a hacer castillos en el aire, y a dejarse embaucar por cuentos como el de Pascualín el mentiroso, ¡qué nieva, qué nieva!, o el de los tres cerditos, permitiendo construcciones que se hunden en las primeras nevadas, no sin antes empapelarlas de proyectos, licencias, permisos y otra vez tasas. Pero de vez en cuando aparece la naturaleza, la fuerza de la naturaleza para recordarnos que a ella no le piden el voto, que a ella no se le ningunea, y que el hombre y sus representantes deben contar con ella siempre y respetarla para poder sobrevivir. … nadie es mejor que nadie, pero tú creíste vencer… (Fragmentos de la canción Insurrección de El Último de la Fila). PILAR DOMÍNGUEZ CUESTA. Natural de Portilla de la Reina. Febrero de 2.015.

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