Diario de León
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León

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Nunca sabremos lo que llevó a Denise a encontrarse con su asesino pero le debemos un homenaje y un eterno recuerdo. El Camino de Santiago es como la vida, en ella te encuentras de todo, buena gente, buenas experiencias, y gente y experiencias no tan gratificantes que normalmente olvidas por el natural mecanismo de defensa que nos protege a los humanos. Sabemos que es muy fácil atentar contra la vida de una persona normal que no espera un desafortunado encuentro como el de Denise. Y eso puede ocurrir en una ciudad, en un pueblo, en un parque, en un sendero, en cualquier lugar. Nadie nos imaginábamos que en un recorrido como El Camino de Santiago se produjera un atentado de estas características. Este recorrido que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad, Primer Itinerario Cultural Europeo, que también ha sido merecedor del Premio Príncipe de Asturias a la Concordia, no es ni más ni menos seguro que cualquier otra senda o recorrido de montaña ni que cualquier ciudad del mundo. Es triste, muy triste lo que le ha ocurrido a Denise y lo sentimos todos. Los que estamos más cerca del Camino queremos tener un recuerdo para su familia y sus amigos, prueba de ello son los artículos de prensa que se han ido sucediendo recordado a Denise. Porque Denise podemos ser cualquiera de los que lo hemos recorrido, lo están recorriendo y lo seguirán recorriendo, por eso nos preocupa lo que ocurre en él y sus aledaños. Insisto en que probablemente no sabremos nunca lo que llevó a Denise al fatal desenlace. Los Amigos del Camino de Santiago que hemos seguido la senda que inició Elías Valiña (el cura del Cebreiro) para seguir pintando flechas amarillas que nos lleven a Santiago, sabemos muy bien el problema que supone la proliferación de estas flechas y es una de nuestras principales tareas velar por su buena utilización. Sabemos también que los peregrinos seguimos fielmente las flechas, ahora sabemos que no debemos hacerlo ciegamente. Los que nos encontramos a la vera del Camino, tenemos el deber de velar por la tradicional hospitalidad jacobea que es lo que ha hecho singular a esta senda de peregrinación que ha sido recorrida por miles de peregrinos de toda Europa y de fuera de ella a lo largo de los siglos. Pero no podemos convertirnos en vigilantes y hacer una labor de policía. Como en todos los órdenes de la vida tenemos que acudir al sentido común, a la buena voluntad y buena disposición de los humanos. Las flechas amarillas deben señalizar solamente el Camino de Santiago. Debemos ser conscientes de la importancia de “este acuerdo” y de que los albergues y lugares de avituallamiento deben señalizarse de otra forma, flechas de otro color y, sobre todo, con indicativo del tipo de servicio (albergue, bar, tienda, información, etc.) que indican para no crear confusión. Y también debemos ser conscientes de que los abusos y excesos nos perjudican a todos, más a los que más cerca del Camino estamos. Amelia García Portillo (peregrina y miembro de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina”).

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