El Grano. Paradojas municipales
El ayuntamiento está empeñado en seguir con la obra, contrariando la declaración del ICOMOS (UNESCO), de no modificar la plaza, reiterado en el último pleno. ¡Parece que poco le importa el patrimonio de la humanidad! Para ello se vale del argumento (voceado por ínclitos corifeos) de mejorar la accesibilidad, para que los viejecitos puedan pasear por ella. Eso sí, nos aseguran que va a quedar como estaba. La sabiduría popular dice: si va a quedar igual, ¿para qué gastar 300.000 euros? destínenlos a otras necesidades más perentorias. Y si va a quedar igual, ¿en qué consiste la mejora de accesibilidad? ¿Se supone que en rebajar los relieves actuales, y quizá rellenar los intersticios entre los cantos, o poner piedras más pequeñas, o todo ello? Quedará raseado, llano (para que circulen bien incluso sillas de ruedas), ¿como la plaza de San Isidoro? Conclusión, ya no será lo mismo. También dice el proyecto que echarán tierra y cal entre los cantos para que salga la hierba que tanto encanto otorga a la plaza. Otra paradoja: si debajo de los cantos colocan capa de mortero (como reza el por ahora único proyecto oficial), ya no subirá la humedad del subsuelo, y la hierba será efímera durante cuatro días de lluvia, para morir tras otros cuatro de sequía. Ya no tendrá la misma apariencia. Esto, sin contar que echando el mortero debajo perdemos quizás el último vestigio de Europa de este sistema constructivo, asentado solo sobre tierra. Un valor antropológico, monumento a la ingeniería popular, que ha aguantado carros y carretas (literalmente), durante varios siglos, y ahora hasta el camión de la basura. Otra paradoja final: si para que los que tienen limitación de tránsito puedan disfrutar de su contemplación, desde el centro, se ha de allanar el suelo, tal vez después ya no use tal posibilidad, pues habrá dejado de gustar, habrá cambiado su fisonomía, perdido su encanto, su identidad. Esto solo es comparable a lo de vender el coche para comprar gasolina. ¿y después qué? Para los mal intencionados, la conservación no significa perpetuar los baches, sino arreglar solo lo necesario, respetando su configuración y estética. Dice el Ayuntamiento que ha consultado colectivos; estos no tendrán mucha idea cuando han sido desautorizados por la UNESCO. Y, ¿alguno de ellos representa a los casi nueve mil leoneses que han firmado en change.org en contra de la reforma? Lo clásico aplicando el rodillo: no solo se detenta el poder sino que hay que demostrar quién manda, violentando la voluntad popular e instituciones europeas.