Te recordaremos con cariño, Tano.

PARA CARTAS AL DIRECTOR Cuando me lo comentaron no me lo podía creer. “Se murió Tano”, me dijeron, y mi primera reacción fue de incredulidad. “¡Déjate de bobadas!, -dije-, pero si estuve con él el sábado y estaba como siempre”. Pero no, la verdad era que nuestro amigo Victoriano Martínez Prado se había muerto, así como era él, con discreción, sin ningún ruido ni jaleo, de la misma forma en la que todos le conocíamos, como una persona silenciosa, tranquila, amable y educada, que compartía con nosotros el saludo cordial, el comentario de las noticias de actualidad, o la marcha de los equipos de fútbol, en especial del Barça, del que se declaraba seguidor, aunque sin estridencia ni fanatismo alguno. “Tano” formaba parte del paisaje cotidiano de nuestro barrio, siempre con su gorra y su inseparable chaleco, las más de las veces con un palillo en la boca, y esa forma de mirar que transmitía quizá un poco de tristeza, pero sobre todo bondad, de buen tipo, de persona con la que apetecía charlar un rato. ¡Qué pena Tano!, aún no me lo puedo creer. Ya no podremos comentar más la marcha del Athletic Club, mi equipo favorito, al que llamabas “el Bilbao”, expresión que no me gusta pero que decías sin malicia y por eso no me importaba. “¡Que no es el Bilbao, -te corregía-, que ese está en segunda, que se llama el Athletic!”. Yo no soy de los que creen en otras vidas, pienso que aquí se acaba todo y que no hay que darle más vueltas. Por eso sé que no leerás estas líneas, ni sabrás la tristeza que nos ha invadido a todos los que te conocíamos y apreciábamos, pero quiero dejar constancia de que te recordaremos con mucho cariño porque eras una buena persona, un gran tipo, un auténtico buenazo, algo que parece muy sencillo y que a la vez es muy difícil de encontrar en estos tiempos. Hasta siempre Tano. Carlos, "el vasco"